El exconseller de Interior Miquel Buch ha admitido este martes que el sargento de los Mossos Lluís Escolà no podía ejercer como escolta de Carles Puigdemont en Bélgica, tras la huida el expresident de la justicia española. Se desplazó hasta allí tras haber sido designado como asesor del departamento que dirigía el político de JxCat y actual responsable de Infraestructures.cat, tal y como ha avanzado el Ara. Regresa de esta forma a la Generalitat tras haber sido cesado por el expresidente Quim Torra, que no le consideraba de su círculo de confianza.
Según ha señalado el exjefe político de los Mossos en Rac1, bajo ninguna circunstancia Escolà "podía ejercer labores de escolta" del líder independentista, ya que estas atribuciones eran incompatibles con su nuevo cargo. "Otra cosa es que sean amigos y lo acompañe, como puede acompañar en el coche a cualquier otro amigo", ha apuntado. Se espera que esta sea su principal línea de defensa.
Fiscalía pide cárcel para Buch
La Fiscalía ha pedido para Buch seis años de cárcel y 27 de inhabilitación por presunta malversación y prevaricación. Le acusa de haber pagado un salario con dinero público a Escolà de más de 52.000 euros anuales como asesor cuando, en realidad, el agente habría prestado labores de protección al expresidente de la Generalitat. Así lo indica en un auto que se dio a conocer este lunes.
Cuestionado sobre si Escolà sí viajó a Waterloo para encontrarse con Puigdemont, Buch ha indicado que no lo puede decir porque "no estaba allí". En cambio, según el escrito de acusación del ministerio público, de los más de 200 días que el mosso permaneció en el cargo de Interior, al menos 101 estuvo fuera de España. Entre otros destinos, estuvo en Bélgica y Alemania junto al expresidente huido.