Giró, el capitán para negociar con Madrid
El ejecutivo se presta ahora a ser la pieza de Junts per Catalunya para aterrizar y gestionar el duro día a día de la economía catalana
21 mayo, 2021 20:33Jaume Giró Ribas (Badalona, 1964) ha sido el elegido. Y él ha correspondido con un sí, pero centrado en una tarea muy concreta. Jordi Sànchez, secretario general de Junts per Catalunya, pensó en Giró tras el no de Elsa Artadi para la vicepresidencia del Govern y el departamento de Economía. Tras una breve valoración, el que fuera colaborador estrecho de Isidro Fainé en La Caixa ha aceptado responsabilizarse del departamento de Economía, pero sin la vicepresidencia, para evitar que la batalla por el poder entre JxCat y ERC le salpique. Pero Giró tendrá las riendas del poder real, la conexión constante con Madrid, las negociaciones periódicas con el equipo del Ministerio de Economía que dirige Nadia Calviño. Y podrá sentarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que será determinante en los próximos meses. Será el capitán del Govern que presidirá Pere Aragonès para negociar con Madrid.
En diciembre de 2019, Giró ponía fin a su relación como alto directivo del grupo La Caixa, tras más de 10 años con enormes responsabilidades. Aquella retirada se justificó con la necesidad, por parte del propio ejecutivo, de iniciar un nuevo periodo profesional tras concluir el plan estratégico 2016-2019 de la Fundación Bancaria La Caixa, a la que había dedicado todos sus esfuerzos.
Tras una breve etapa al frente de su propia consultora de comunicación y de ejercer como editor de The New Barcelona Post, un diario digital de información empresarial, cultural y social con un tono positivo, Giró ha decidido incorporarse a un Govern que es independentista, pero que también pretende hacer frente a la dura gestión de la pospandemia.
Generar confianza
Giró, que no mostró una oposición clara al procés, y que defendía algún tipo de respuesta por parte del Gobierno a través de una consulta que pudiera encauzar el choque institucional entre la Generalitat y Moncloa, acepta un reto mayúsculo, pero consciente de que podría tener una buena aceptación en las instituciones del Estado. Entre sus responsabilidades estará la de buscar consensos con todas las fuerzas políticas, y no sólo con Junts per Catalunya y ERC, para sacar adelante los presupuestos. También deberá negociar con el Ministerio de Economía y con Hacienda, que dirige María Jesús Montero, para cumplir los objetivos de déficit, o para devolver de forma más cómoda los anticipos que el Estado ha ofrecido a las autonomías y que en dos años, cuando se liquiden esas partidas, puede suponer un verdadero lastre para la Generalitat.
Eso ocurrirá, en todo caso, a partir de 2023. En ese momento, Pere Aragonès, tras el compromiso que adquirió con la CUP, deberá someterse a una moción de confianza, que podría dar lugar a unas nuevas elecciones. Giró tiene por delante todo ese tiempo para lograr lo que se le ha encomendado: generar confianza, gestionar la pospandemia, negociar --si el Gobierno acaba considerando que es el momento-- un nuevo modelo de financiación autonómica y equilibrar las finanzas autonómicas. También deberá relacionarse con las entidades financieras, ante posibles emisiones de deuda, otro de los objetivos que persiguen los independentistas desde hace tiempo.
La palanca de poder
Giró buscaba esa palanca de poder tras salir de la Fundación Bancaria La Caixa, y estuvo a punto de encontrarla en el Barça al unirse a la candidatura de Joan Laporta, que ganó las elecciones a la presidencia del club. Pero renunció a la vicepresidencia económica al chocar con los planes del propio Laporta.
Esa palanca la tendrá ahora en el Govern de Pere Aragonès, con un cometido muy concreto, aunque trate de rehuir esa pelea. Al ser designado por Junts per Catalunya, Giró será visto como el hombre que busca los mismos consensos que dice reclamar Pere Aragonès y la dirección de ERC. Puestos a jugar en una nueva liga moderada, tras los excesos del procés, Junts exhibirá que también dispone de dirigentes para negociar en Madrid, con los cuatro diputados en el Congreso de los que dispone el partido de Carles Puigdemont.
Si se jugó con el procés, si se pudo alentar a los procesistas y a los gobiernos, primero, de Artur Mas, y luego, de Carles Puigdemont, ahora toca bajar el balón al suelo. Y Jaume Giró se ha prestado a ello.