El Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) considera que las afirmaciones del humorista Jair Domínguez en un programa de Catalunya Ràdio, donde planteaba si los catalanes estarían dispuestos a morir por la independencia, no vulneran ninguna norma de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). El CAC, que abordó de oficio el tema, avala esas declaraciones con tres votos a favor, un voto particular y dos recurrentes.
El pleno del Consejo ha aprobado un acuerdo sobre las manifestaciones expresadas en la sección Bon dia de merda del programa El matí de Catalunya Ràdio. El CAC, que actuó de oficio, analizó la emisión de la sección mencionada, correspondiente al 19 de marzo, en donde el responsable, Jair Domínguez, comentaba un vídeo en el que una persona situada en Dublín pedía a la gente que se encontraba por la calle si estaban dispuestos a morir por Irlanda. Domínguez se preguntaba sobre la eventualidad de que esta pregunta se hiciera en el caso de Cataluña.
Las polémicas declaraciones
"Hoy quiero desear un día de mierda a la gente que no está dispuesta a morir por Cataluña. Ayer vi un vídeo magnífico de un hombre que se plantaba en el centro de Dublín y preguntaba a la gente si estaban dispuestos a morir por Irlanda. La gente decía que no, otros decían que a lo mejor y un número nada despreciable de hombres firmes decían que sí, que claro. ¿Cuánta gente así tenemos en Cataluña?”, afirmaba Domínguez
Añadió que si le hicieran la pregunta a él mismo, su reacción sería “huir del país rápidamente”. Añadió que, dado que la gente que tiene cargos de responsabilidad son “funcionarios atemorizados pendientes de las órdenes de la Moncloa”, se puede estar tranquilo “porque de momento nadie pedirá ningún sacrificio a la gente”.
El CAC constata que las declaraciones “se efectuaron en el marco de un espacio dedicado al humor y que se situaron en el ámbito del ejercicio del derecho a la libertad de expresión, sin que supongan vulneración de las previsiones del Manual de uso del Libro de estilo de la CCMA sobre los contenidos de humor, ni de la normativa audiovisual aplicable”. Al respecto, cita sentencias del Tribunal Supremo y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que avalan el humor como libertad de expresión.
Votos en contra
No lo ven así los consejeros del CAC Daniel Sirera –propuesto por PP-- y Carme Figueras –propuesta por PSC--, quienes han emitido un voto particular y otro concurrente, respectivamente.
Sirera afirma que “bajo el paraguas de un programa de entretenimiento o de humor no pueden deslizarse mensajes que pueden poner en peligro la convivencia democrática”. “Más allá de que El matí de Catalunya Ràdio califica a esta sección como de 'entretenimiento' y 'humor', no he percibido ningún elemento que pueda llevar al espectador a pensar que se encuentra frente a un comentario de humor, sino que lo que está haciendo el titular de la sección es trasladar la idea de que Cataluña necesita algo más que una pancarta o un hashtag en Twitter para lograr la independencia. De hecho, no me parece que este comentario de Jair Domínguez fomente 'valores constructivos y cohesionadores', sino todo lo contrario”, argumenta.
Figueras, por su parte, afirma que que Catalunya Radio “como emisora pública generalista de la CCMA, debería ser más cuidadosa en la programación de los espacios de humor, parodia o sátira política, y evitar cualquier posible confusión de la persona espectadora sobre el fin humorístico separándola de manera mucho más efectiva de la información de actualidad”: “Así, considero que la inserción en un marco informativo de la sección Bon dia de merda, protagonizada alternativamente por Jair Domínguez y por Lluís Jutglar (Peyu), no contribuye, en mi opinión, a las funciones de promoción activa de la convivencia y de la cohesión social que tienen como misión los medios públicos audiovisuales”.
Voto recurrente de Griley
Por motivos diferentes, Yvonne Griley –consejera propuesta por CiU y ERC-- también emite un voto particular recurrente pues discrepa de que ese programa mereciera un debate en el CAC. “De hecho, no ha servido para aportar ningún elemento a incorporar en futuros debates sobre el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, a no ser que este debate no sea lo que realmente interese. Sin perjuicio de la libertad de diferir y hacer patentes las divergencias ante cada caso, el Consejo dispone de los mecanismos correspondientes para dejar constancia de posibles disensiones en casos que, como el presente, se originan a petición unipersonal de carácter interno”, asegura.
En su opinión, “el humor y la sátira son contenidos muy saludables y necesarios para un medio público de comunicación. Si la pieza analizada contiene elementos de crítica política, debemos pensar que esta es lícita, tanto si se emite en un medio público como en uno privado, con humor o sin”.