La familia del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol Soley dispuso de más de 40 millones de euros en Andorra. Así lo refleja la Fiscalía Anticorrupción en su escrito de acusación a la Audiencia Nacional para juzgar al exmandatario convergente y a sus siete hijos por diversos delitos económicos, a los que pide penas que van desde los ocho hasta los 29 años de prisión.
Según el escrito de la fiscalía, la familia Pujol amasó esta cantidad de dinero desde el 21 de noviembre de 1990, fecha en que abrió una de sus cuentas en el país pirenaico, hasta la cancelación de las mismas en la Banca Privada de Andorra (BPA).
Origen indeterminado
La fiscalía destaca además que el origen de dicho dinero no se ha podido determinar, al ser cantidades que "bien fueron ingresadas en efectivo, bien mediante cheques o por transferencias sin identificación del origen"; y que en el caso de las que sí la tienen, "se desconoce la razón de las mismas".
El escrito de la fiscalía desgrana las cantidades que los miembros de la familia Pujol dispusieron en Andorra en varias divisas. En total, fueron 38.792.021,61 en euros --según el cálculo de su conversión respecto a las antiguas pesetas--; a los que se añaden otros 8.178.601,82 dólares estadounidenses; 2.737.466,70 marcos alemanes; y 95.344 libras esterlinas.
En total, el expresident Pujol, su esposa, Marta Ferrusola --que no será juzgada debido a su estado de salud--, y sus siete hijos dispusieron de numerosas cuentas en Andorra --algunas de ellas, como titulares a su propio nombre, y otras, al de terceros, o bien al de Kopeland Foundation, una fundación registrada en Panamá--, según concluye Anticorrupción de la información recabada a las autoridades judiciales de dicho país.
Transferencias a México
De la misma concluye que los acusados de la familia Pujol Ferrusola fueron titulares de las cuentas bancarias en Andorra, inicialmente en Andbank y, ya en 2010, todos ellos transfirieron esos fondos a la Banca Privada de Andorra (BPA), excepto la acusada Mercè Gironès, esposa del primogénito Jordi Pujol Ferrusola.
Según el escrito, de los fondos habidos en 2014 en las cuentas abiertas en BPA, parte de ellos se regularizaron a la Hacienda española y otros desaparecieron mediante transferencias a México.
Cuenta en Suiza
Asimismo, la fiscalía también refleja en su escrito que Jordi Pujol Ferrusola también fue titular de una cuenta de JP Morgan en Suiza, abierta el 23 de octubre de 2002 y cancelada dos años después, el 10 de diciembre de 2004.
"De la documentación remitida resulta que en el mes de noviembre de 2002, tenía un saldo de 7.003.243 euros, se desconoce el origen de los fondos que en ella existían y según consta de las informaciones remitidas por las autoridades suizas, los mismos se utilizaron para adquirir el fondo de inversión denominado Selecta Fund Class-A", al que transfirió también, según la fiscalía, 4.409.188,98 euros desde otra cuenta.
Los valores que finalmente fueron transferidos a Selecta Fund, según el escrito, alcanzaban la suma de 8.002.163,59 euros. El fondo de inversión acabó siendo cancelado y los títulos y fondos, traspasados a cuentas en Delaware (EEUU) y otras en Luxemburgo y Ginebra (Suiza).
Red clientelar
En su escrito, cuyas conclusiones y argumentos principales ya dio a conocer el pasado viernes el ministerio público, la fiscalía sostiene que el expresident Pujol aprovechó "su posición política para tejer una red de clientelismo" durante su mandato conforme a la cual, él y determinados empresarios afines al partido que lideraba, la extinta CDC, "se repartían los cuantiosos beneficios procedentes de concursos públicos cuya resolución dependía de las diferentes administraciones catalanas bajo el control de CDC".
Después, el patrimonio que ganaba "ilícitamente" se ocultaba a Hacienda y afloraba más tarde "mediante sistemáticas operaciones de blanqueo en las que intervinieron los miembros de la familia Pujol de manera coordinada a lo largo de muchos años". La fiscalía inicia su exposición de hechos remitiéndose a la carta de confesión de Jordi Pujol Soley en julio de 2014, en la cual el expresident atribuyó el origen de sus cuentas en Andorra a una herencia familiar.