Tras la tormenta provocada por la decisión de Pere Aragonès de gobernar en solitario, llega la resaca. Y donde ayer hubo buenas palabras, hoy hay cruce de reproches. Los republicanos acusan a sus socios de mentir al asegurar que el acuerdo estaba "a tocar", mientras que los neoconvergentes critican su decisión "unilateral" de levantarse de la mesa de negociaciones.

El vicesecretario general de comunicación de ERC, Sergi Sabrià, ha acusado a Junts de no decir la verdad cuando anunció que estaban cerca de un pacto de Govern y ha advertido de que si sus actuales socios no cumplen su compromiso de facilitar la investidura de Aragonès para que puedan gobernar en solitario habrá elecciones, porque no buscarán el apoyo del PSC.



Sabrià ha descartado incorporar en el Govern a consejeros de la CUP o de los comunes si Aragonès es investido president, porque su objetivo, una vez descartado el pacto con Junts, es el de gobernar en solitario. El republicano cree que no "habrá ningún problema" para que Junts ceda los votos necesarios para la investidura, porque considera a sus socios en el ejecutivo en funciones "gente de palabra" y así se comprometieron a hacerlo para evitar la repetición de las elecciones.

"No será gratis"

El responsable de ese compromiso por parte de JxCat, el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, ha asegurado no obstante que el principal escollo que dificulta las negociaciones para alcanzar un acuerdo de gobernabilidad es "la falta de plena confianza entre los interlocutores". No obstante, asegura que esa falta de entendimiento "es reversible en el tiempo" y que si ambas fuerzas no han cerrado las negociaciones aún es para garantizar la eventual formación de un Govern sólido.

Más contundente ha sido la vicepresidenta del partido, Elsa Artadi, quien ha reprochado a los republicanos el "giro de guión" cuando el pacto para gobernar juntos estaba "al alcance de los dedos". Artadi ha avisado de que su apoyo a la investidura de Pere Aragonès "no será gratis" sino que se deberá ponerse sobre la mesa, al igual que sucedió con la CUP, para que JxCat lo someta eventualmente a criterio de su militancia.