No es anecdótico que la vicepresidenta y portavoz de Junts per Catalunya (JxCat), Elsa Artadi, evitara este lunes defender la entrada de Laura Borràs en un hipotético gobierno de coalición con ERC. Sectores de su partido, los enfrentados a Quim Torra y más alineados con Carles Puigdemont, recelan de ese cargo gubernamental. De hecho, el morador de Waterloo ya impidió que, en la última remodelación del expresidente inhabilitado, Borràs volviera a la Generalitat como consejera de Cultura o como consejera jefe. La nueva estrategia de JxCat es proponerla como presidenta del Parlament para que, en caso de inhabilitación, la tormenta política y mediática sea mayor.
La presidencia de la Mesa de la Cámara catalana es uno de los elementos de negociación en toda investidura del presidente de la Generalitat. En la anterior legislatura, JxCat y ERC acordaron que, dado que la presidencia del Govern era para los neoconvergentes, la del Parlament debía ser para el republicano Roger Torrent. Por ello, Artadi dijo este lunes que lo lógico sería el intercambio de cargos, aunque sin entrar en nombres, pues según la dirigente de JxCat, todavía no se está en la fase de negociar sillas. De hecho, las conversaciones entre los independentistas están en el aire precisamente por la radicalidad del sector más afín a Puigdemont.
Posibles candidatos
Pero el tiempo pasa y surgen posibles candidatos para un cargo fundamental a la hora de tramitar o impedir iniciativas favorables a la independencia de Cataluña. O incluso para designar diputados a distancia, pues ese parece ser el deseo de JxCat y ERC --en el caso de Lluís Puig y Meritxell Serret, que permanecen fugados--. Por ejemplo, que Torrent impidiera a Puigdemont ser investido presidente en 2018 es algo que sus socios no le han perdonado.
Hasta ahora se había conocido la pugna entre Josep Costa, hombre de máxima confianza de Puigdemont y vicepresidente del Parlament en la pasada legislatura, y Meritxell Budó, miembro de la old Convergència, por presidir el Parlament. Pero la penúltima astucia de los neoconvergentes pasaría ahora por proponer a Borràs para, de esta forma, magnificar una posible inhabilitación. Como se sabe, la Audiencia Nacional investiga a la presidenciable del partido por fraccionar contratos cuando era directora de la Institució de les Lletres Catalanes, por lo que está imputada por los supuestos delitos de malversación, falsedad, prevaricación y tráfico de influencias.
Negociaciones abiertas
Pero si las negociaciones entre JxCat, que exige poner fecha a la independencia, y ERC, que no quiere que sus hasta ahora socios le vuelvan a marcar el paso, están en el aire, igualmente lo están las mayorías necesarias para designar al futuro presidente del Parlament. Otra alternativa de gobierno pasaría por un pacto de ERC y En Comú Podem apoyado por PSC desde la oposición.
Los socialistas no han levantado su veto a Esquerra, pese a la presión de los comunes, que desearían un Ejecutivo tripartito de izquierdas. Pero una de las condiciones para flexibilizar su posición sería precisamente hacerse con la presidencia del Parlament. Dos nombres suenan: Assumpta Escarp y David Pérez --quien desde 2015 es secretario segundo de la Cámara catalana--, y este jueves se reunirá por primera vez el grupo parlamentario de los socialistas, que acordará a qué personas propone para la presidencia de la Cámara y para la Mesa del Parlament.