Joan Tapia: "En la prensa catalana las ventas son más importantes que la ideología"
El periodista considera que TV3 tiene una visión de las cosas demasiado nacionalista, pero niega que tenga la influencia en la opinión pública que se le atribuye
21 febrero, 2021 00:00Joan Tapia es el presidente del comité editorial de El Periódico de Catalunya. Periodista especializado en información económica, fue director de La Vanguardia durante 15 años, también había sido jefe de gabinete de Miguel Boyer en el primer Gobierno de Felipe González, y trabajó para La Caixa. Entre otras cosas, ha sido director del centro territorial catalán de RTVE y director de la televisión del Ayuntamiento de Barcelona, betevé.
Es probablemente uno de los profesionales que mejor personifican la definición de periodismo catalán que él mismo hace, más reflexivo que agitador; plural y templado. Su etapa como director del diario del Grupo Godó acabó a los pocos días de que José María Aznar obtuviera mayoría absoluta en el 2000. Jordi Pujol tampoco había figurado jamás entre sus admiradores. Han pasado dos décadas desde aquel sonado cese y aún no se ha podido leer un artículo en el que ajuste cuentas con esos dos políticos que tan poco le quisieron.
Tapia considera que en Cataluña existe un “sentido comercial de la vida, que se extiende también al mundo de la prensa, por el que las ventas pesan más que la ideología”. Algo que se refleja en la línea editorial de sus diarios.
--Hace unos meses, un grupo de inversores regionales hizo una oferta para comprar El País y la Cadena Ser. Poco antes, otra compañía regional adquirió el Grupo Zeta, una empresa de ámbito nacional. ¿Qué está pasando?
--En el mundo de la economía siempre hay movimientos, y también en la prensa, más aún cuando ésta vive una gran transformación. Medios escritos que llegan al quiosco, pero que ahora llegan también a muchas casas y teléfonos móviles sin papel; un momento de transformación intensa que se produce después de momentos económicos muy difíciles.
Prensa Ibérica, ¿un inversor regional? Sí, pero no. Es un grupo multirregional que empezó cuando Javier Moll adquirió en los 70 un diario en Canarias y luego se extendió hasta disponer de una quincena de cabeceras. Es el fenómeno inverso a lo que es habitual aquí: a partir de diarios locales se ha formado un grupo de la España periférica, territorial y plural que se coordina con estilo federal. No es Madrid, o un centro, el que imprime su visión de las cosas, sino que los diarios locales atienden a sus diferentes públicos y van compartiendo estructuras de apoyo, informaciones y artículos de opinión. La compra de El Periódico le ha dado más influencia y ya figura entre los tres primeros grupos españoles tanto por ventas en papel como en el mundo digital.
Joan Tapia durante la entrevista en el plató virtual de 'Crónica Global' / LENA PRIETO
--¿Cómo ve la transición de los diarios clásicos de papel hacia el modelo digital?
--Es una transición obligada y complicada porque aumenta la competencia –antes solo competías con la prensa escrita y ahora te encuentras con medios como Crónica Global en Cataluña o El Confidencial en Madrid--, pero también aumentan las posibilidades. Que un lector pueda ver el diario desde La Coruña o Badajoz es más fácil que antes cuando los costes de distribución y de papel eran tan importantes.
--Hay medios, como la radio y la televisión, a los que parece que este nuevo desafío no afecta.
--Bueno, ojo, que la televisión también sufre la competencia de las plataformas digitales. De hecho, hay menos gente que la ve desde el receptor de su casa que gente que la ve desde el ordenador o el móvil.
--Como entretenimiento, como información quizá no suceda lo mismo.
--Si, si, está pasando también. Hoy los telediarios se ven menos que antes. Los ciudadanos se informan a través del móvil y de telediarios de distintas cadenas. Es un fenómeno que ya se produjo en la banca hace muchos años: los clientes dejaron de tener un solo banco. Antes se compraba un diario, pero ahora con el móvil se entra en distintos medios. Recuerdo que cuando empecé como director de La Vanguardia, la primera norma era la puntualidad en los quioscos porque los lectores estaban acostumbrados a comprar su diario a una hora determinada y si en ese momento no estaba en el punto de venta, lo más probable es que tampoco compraran otro.
--¿Qué papel cree que tendrán las redes sociales en el futuro? ¿Seguirán ganando terreno a los medios tradicionales?
--Creo que sí, y que las redes han venido para quedarse. Lo que ocurre es que tendrán que pagar la información porque recogen las noticias de los medios. Eso está en discusión, probablemente tendrán que pagar por difundir la información de otros, lo que quizá afecte a su rentabilidad.
--¿Cree que la publicidad institucional ha aumentado su peso en los medios? El Parlamento Europeo ha llamado la atención de los Gobiernos para que dejen de usarla como instrumento de control?
--La publicidad tiene que ser la que viene de las empresas privadas, que son múltiples. Cuando un diario tiene la publicidad muy concentrada pierde libertad. Las redes sociales han provocado que los anuncios de empleo, compra de casas o bicicletas hayan bajado, y eso puede llevar a que la publicidad institucional gane peso, si.
Joan Tapia habla sobre la publicidad institucional de los medios en el plató de 'Crónica Global' / LENA PRIETO
--Además, da en qué pensar porque a menudo parece sospechosa.
--A veces esa publicidad disimula las ayudas, y creo que lo mejor sería que fueran reglamentadas y generalizadas, pero no a través de publicidad, sino como un apoyo por la importancia de la prensa escrita que es una garantía de pluralidad. Los Gobiernos deberían instrumentarlo de forma clara y transparente a través del IVA, de los gastos de transporte y otros mecanismos. Hacerlo a través de la publicidad está bien, pero puede dar lugar a abusos y me da la sensación de que en España eso es más frecuente que en otros países.
--Los técnicos prevén una gran recuperación de la publicidad digital, aunque parece que el papel de las plataformas, como las agregadores o de búsquedas, irá en aumento también en la distribución de los anuncios.
--Si eso es así, se trata de una mala noticia. Pero, veremos. Las redes deben regularse de la misma manera que lo están los medios de comunicación clásicos. Es evidente que las redes necesitan una reglamentación, tendrán que aceptarla y a partir de entonces será la competencia la que decida el futuro.
--Vista desde Cataluña, la alerta del Parlamento Europeo parece que tiene que ver con la construcción de un cierto relato político por parte de las cabeceras que reciben ese apoyo institucional.
--Puede que se haya hecho y que se esté haciendo todavía, pero un medio que viviera de eso tendría un futuro comprometido porque en un país democrático los Gobiernos cambian. Un diario tiene que seguir saliendo, vendiendo y consiguiendo beneficios haya el Gobierno que haya. Ha de tener suficiente publicidad no gubernativa que le permita seguir viviendo cuando cambie el Gobierno.
--¿Cree que tiene sentido la existencia de medios de comunicación públicos en estos momentos?
--En casi todos los países los hay, otra cosa es qué importancia deben tener, que desde mi punto de vista ha de ser mayor o menor en función del servicio que den a la comunidad. Si son excesivamente oficialistas, a medio plazo perderán influencia. Los que quieran tener una larga vida y un prestigio, como la BBC, deben prestar un verdadero servicio público. Otra cosa son los medios que en lugar de servicio público ofrecen un servicio gubernamental.
--En el caso de Cataluña, la existencia de medios públicos se justifica en la necesidad de proteger el idioma. ¿Cree que los privados tienen algún papel en esa misión lingüística?
--Aquí hay dos televisiones públicas, TVE y TV3. La autonómica tuvo su origen en la defensa de la lengua de una forma total en su programación; TVE también tiene parte de su programación en catalán, pero no es mayoritaria. Eso tiene una lógica. Otra cosa es que TV3 haya adquirido una connotación excesivamente nacionalista, como dice alguna gente.
--¿Cómo ve el papel de TV3 en Cataluña?
--Es opinable y es evidente que depende de qué época de TV3 hablemos. Ahora, de eso a decir que TV3 es la que condiciona Cataluña, pues no es cierto. Basta ver las audiencias mensuales porque estos últimos años es líder, pero con el 15%. Con ese porcentaje no se tiene un monopolio, no se puede dirigir la opinión pública. Independientemente del juicio que se tenga sobre ella, hay mucha exageración cuando se le atribuye tanta influencia.
Joan Tapia comenta el rol de TV3 en Cataluña / CG
--Es verdad que tiene una media del 15%, ¿pero su ascendiente sobre otros medios y sobre los políticos no es mucho mayor?
--No lo creo. Es verdad que lo tuvo durante un periodo porque era una televisión nueva que rompía el monopolio, cuando aún no existían las privadas; y eso le dio un aurea.
Es cierto que su influencia en telediarios es superior al 15%, pero eso también puede ser porque da una información más pegada al territorio, como es el caso del tiempo, uno de los espacios más importantes de las televisiones y que TV3 hace bien.
--También destacó desde el principio su calidad, lo que le hizo ser muy respetada entre los profesionales. De hecho, la información meteorológica que usted cita ha creado escuela.
--Y eso lo mantiene porque está más pegada al terreno. Creo que TV3 tiene una influencia en Cataluña fuerte, pero dudo que vaya mucho más allá del 15%. Si alguien cree que tiene más, bueno quizá es que está mejor hecha. No creo que sea un modelo de objetividad porque tiene una visión excesivamente nacionalista de las cosas, pero también tiene mucha competencia. Si sumamos Antena 3 y La Sexta, que son de la misma empresa, tienen más cuota en Cataluña que TV3.
--¿Por qué cree que es tan diferente la prensa madrileña de la catalana? Sobre todo en agresividad, en espíritu crítico.
--Siempre se dice que la prensa catalana es menos valiente que la madrileña, algo que es absolutamente falso. En La Vanguardia hicimos una encuesta que nos decía que la minoría mayoritaria de nuestros lectores votaba CiU y la segunda minoría, al PSC. Según el sondeo, a El Periódico le ocurría lo mismo, pero al revés: su primera minoría votaba PSC y la segunda, CiU. Comenté los datos con Antonio Franco, director entonces de El Periódico, y le parecían coherentes. Respondían a algo real: los diarios catalanes están menos ideologizados.
--Además, son dos diarios muy distintos en cuanto a sus orígenes.
--Claro. La Vanguardia nació en la Restauración para apoyar al Partido Liberal en la época de Alfonso XII, mientras que El Periódico aparece con el cambio democrático de la transición, pero ninguno de los dos han querido ser medios de partido; han sido cabeceras para todos los públicos. Usted ve a una persona comprando una de esas dos cabeceras y no puede saber qué vota, mientras que en Madrid es un poco diferente. El ABC y El Mundo son dos diarios de gran calidad que yo tengo que leer cada día, pero que están más ideologizados.
--¿Pero los de Madrid no son más críticos?
--Efectivamente, son más críticos cuando los suyos no gobiernan. La prensa de Barcelona es más plural y respeta más todas las opciones políticas. Incluso el Ara, que es un diario nuevo y que podríamos considerar independentista, recoge esa forma de ser. ¿Por qué el Ara tiene un futuro ante sí y el Avui tuvo que ser rescatado por El Punt? Yo creo que responde al hecho de que, aun y situándose en el mismo espectro ideológico, el Ara es más plural.
Hay un sentido comercial en la sociedad catalana, y también en la prensa, por el que las ventas son más importantes que la ideología. Y en Madrid no pasa eso.