Nervios en Junts per Catalunya (JxCat), una formación que no despega en las encuestas y que parece estar asistiendo al declive de su otrora líder indiscutible Carles Puigdemont. Los neoconvergentes han retrasado hasta última hora la presentación de su programa electoral para tapar las disputas ideológicas que cuestiones relacionadas con la fiscalidad y la economía generan internamente. Una situación que complica el papel de Laura Borràs en la campaña. Fuentes cercanas a JxCat admiten que las cosas no están funcionando como esperaban. “Puigdemont no tira, la irrupción de Oriol Junqueras (ERC) inquieta y Borràs está incómoda en los debates”, afirman estas fuentes.
JxCat sustanció ayer su programa para implementar la república catalana en 50 puntos. La casualidad ha querido que, junto a Ciudadanos y PP, los neoconvergentes hayan sido los últimos en presentarlo. Un retraso extraño, tratándose de un partido que asegura tener experiencia de gestión. Pero las discrepancias internas que genera un tema tan sensible como la fiscalidad y las propuestas económicas en un momento de crisis pandémica parece que han frenado el redactado final. No es el único problema que tiene ahora mismo la candidatura.
La 'marca' Puigdemont
La marca Puigdemont no arrastra como en el pasado y la irrupción en campaña del republicano Oriol Junqueras ha eclipsado los actos de Laura Borràs, que no ha generado entusiasmo en los debates televisivos celebrados hasta ahora. Su limitado discurso --centrado en la confrontación y la independencia-- le impide entrar en el debate izquierda-derecha que, debido a la crisis sanitaria y económica que ha generado la pandemia, comienza a marcar la agenda de los partidos.
Trasladar la pretendida transversalidad ideológica a un programa electoral parece que se está convirtiendo en una misión imposible para JxCat, que sigue empeñado en poner el foco en la cuestión identitaria. Incluso ERC y CUP comienzan a soltar lastre de ese discurso único. Esquerra hace tiempo que se desmarcó del empeño de JxCat y CUP de poner fechas a la implementación de la república catalana. Quim Torra ya lo intentó en sede parlamentaria, y los republicanos se desmarcaron de forma ostentosa. Ahora, Borràs recoge el testigo de su principal valedor e insiste en prometer la independencia si las formaciones separatistas obtienen el 50% de los votos. Junqueras afirma que ese porcentaje no basta, mientras que los antisistema sí ponen fecha para la separación de España, pero lo hacen, sorprendentemente, a muchos años vista: 2030. Atrás quedan las urgencias y las exigencias de desobediencia al Estado.
"No te lo crees ni tú"
“No te lo crees ni tú”, le espetó Salvador Illa (PSC) a Borràs cuando ésta prometió, en el debate de TVE, aprobar una nueva declaración unilateral de independencia (DUI). La puya desconcertó a la candidata, que acudió a ese acto electoral sin disponer --al menos, oficialmente-- de un programa.
Y es que hay cuestiones de contenido que JxCat prefiere soslayar, como por ejemplo el modelo fiscal que se propone para Cataluña. En esas 50 propuestas [se pueden leer en este enlace] hay mucha declaración de intenciones económicas, así como una referencia a “moderar la fiscalidad del trabajo, pimes y autónomos, y profundizar en la tributación ambiental”. Nada más.
Canadell 'versus' Sànchez
Que el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez corrigiera al ultraliberal Joan Canadell cuando éste pidió la eliminación del impuesto de sucesiones solo es la punta del iceberg de las contradicciones internas a las que se enfrenta el nuevo partido de Puigdemont. Mientras Borràs se define como de izquierdas, en su candidatura destacan varios miembros de la vieja Convergència, detractores del pacto fiscal que ERC pactó con los comunes para desencallar la aprobación de los presupuestos de la Generalitat de 2020. “No es nuestro modelo de país”, dirían entonces destacados convergentes, aquienes tampoco hace gracia que Borràs le haya declarado la guerra al Ibex.
De momento, Sànchez gana el pulso fiscal, pero no porque haya trascendido la propuesta impositiva de JxCat. Ha sido la candidata la que ha salido al paso de esa pugna, asegurando al mismo tiempo que no desea que Cataluña sea la “campeona” de pagar impuestos. Sobre esas inconcreciones ha estado indagando la cabeza de lista del PDECat, Àngels Chacón, que conoce bien las contradicciones internas de JxCat.
La campaña, por tanto, no arranca bien para los neoconvergentes, quienes registran una cierta mejora en los sondeos de intención de voto, pero no despuntan. El cuerpo a cuerpo, de momento, sigue estando protagonizado por Illa y Pere Aragonès, cabeza de lista republicano.
La inmunidad de Puigdemont
La apatía de Puigdemont tampoco ayuda a su candidatura. Es poco probable que el Parlamento Europeo resuelva sobre su inmunidad, esto es, sobre la extradición que ha vuelto a solicitar la Justicia española, antes de que se celebren las elecciones del 14F, por lo que el revulsivo que supondría para el activismo independentista un nuevo revés de las instituciones europeas parece que no llegará a tiempo.
Los presos independentistas han irrumpido en campaña, pero como siempre ha temido el entorno de Puigdemont, Junqueras es un rival imbatible, mientras el del Waterloo solo puede hacer intervenciones telemáticas frías y desangeladas.