Salud 'desmonta' a Sàmper: "Nos llamó a las 23 horas de comenzar la 'rave'"

Pelota de vuelta. Las consejerías catalanas de Salud, que dirige Alba Vergés (ERC), y la de Interior, que pilota Miquel Sàmper (JxCat) se han culpado mutuamente en las últimas horas de demorar el desalojo de la rave ilegal de Llinars (Barcelona), que ha reunido a casi 300 personas sin medidas sanitarias durante 36 horas. 

Según ha avanzado Cadena SER, el Departamento de Salud ha contestado de nuevo las acusaciones --veladas, pero acusaciones-- de Sàmper de que el equipo de Vergés dilató el desalojo para consultar el procedimiento. Y que cuando dio respuesta, ésta fue insatisfactoria, pues no ordenó testear ni poner en cuarentena a los fiesteros. La contestación del entorno de Vergés es dura: "Sàmper llamó cuando la rave hacía 23 horas que había comenzado". 

Vergés contactó con Sàmper

De hecho, fue Vergés la que llamó al titular de Interior para preguntarle "cómo estaba la rave de Llinars". Tras ese primer contacto de la consellera republicana, su colega de Interior le devolvió la llamada, para pedirle consejo sanitario para un posible desalojo. 

Ocurrió, según el círculo de la consejera, a las 19:45 horas del viernes. En ese momento, Vergés habría contactado a Sàmper para recabar información sobre la verbena electrónica de Nochevieja. Éste le habría devuelto el mensaje con una llamada para preguntarle qué debían hacer los Mossos. "Era la primera vez que se le pedía la opinión para desalojar una fiesta masiva", han apostillado desde Salud. 

Miquel Sàmper, en aprietos

La pelota de vuelta de Salud vuelve a poner la presión sobre Miquel Sàmper. Ello es así porque la nueva información sugiere que el titular de Interior dejó que la rave ilegal discurriera durante 23 horas pese a que Cataluña estaba en confinamiento comarcal y con un toque de queda vigente de la una a las seis de la madrugada del día 1 de enero. Desmonta también la versión del conseller neoconvergente, que ha asegurado que el operativo de vaciado se demoró por la consulta que le hizo su equipo a Salud. 

Negro sobre blanco, el desacuerdo Salud-Interior es un capítulo más en el enfrentamiento que mantienen Junts y ERC, o ERC y Junts. Los dos partidos, que conviven en el seno del consejo ejecutivo del Govern, se continúan culpando por una parranda ilegal que congregó a una multitud de fiesteros mientras otros sectores como la restauración y el ocio nocturno están semicerrados o clausurados por orden gubernativa. Es también una pulla más antes de las elecciones autonómicas del 14 de febrero, en las que las dos formaciones independentistas se disputan el primer puesto del mundo soberanista.