¿Está Barcelona más sucia que un año atrás? El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha pinchado con la limpieza de calles en la Ciudad Condal. El polémico edil ha firmado un aumento del coste de mantenimiento de la vía pública, recogida de residuos, alcantarillado y zonas verdes, aunque el servicio se estanca o incluso empeora.
Lo revelan los datos del área de Ecología Urbana en la liquidación de presupuestos del 2019, los últimos cerrados a la espera del balance final de las cuentas del año que termina hoy. Según las cifras a las que ha accedido este medio, el concejal ha firmado un aumento del 2,16% del coste de la limpieza de calles, aunque los metros lineales limpiados apenas han avanzado el 0,5%.
Alcantarillado, residuos, zonas verdes
La tendencia se repite en otros campos. Ecología Urbana, concejalía depende de la teniente de alcalde Janet Sanz, pero cuyas áreas operativas están cedidas a Eloi Badia, firma un mal año también en recogida de residuos, alcantarillado y adecentamiento de las zonas verdes.
En el caso de la basura, el coste del servicio aumentó el 1,3% en 2019, mientras que las toneladas recogidas fueron apenas un 0,27% superiores a las del año anterior. En el subsuelo, los técnicos limpiaron un 5,16% menos de kilómetros de vía que en 2018. El coste subió un 0,87%. En el caso de los parques y jardines, la factura del servicio se incrementó un 5,16%, mientras que los metros cuadrados podados e higienizados aumentaron solo un 1,71%.
Barcelona Energia dispara el coste del alumbrado
En el capítulo del sistema de alumbrado público de Barcelona, el servicio generó una factura un 12,92% más cara que la del año anterior. El precio más elevado tuvo lugar pese a que el consumo eléctrico descendió un 2,73%.
Cabe recordar que la luz eléctrica para la comunidad que provee el Ayuntamiento de Barcelona reposa, en parte, en Barcelona Energia, la eléctrica pública creada por el gobierno municipal y promocionada por, precisamente, Badia. La suministradora arrancó operaciones en 2018, con "más de 4.000 puntos públicos" conectados a la red. La mayoría de ellos eran farolas, hecho que el consistorio trató de esconder sin éxito.