Denuncian que el clan de 'los Pelúos' vigila una obra del Ayuntamiento de Barcelona

Usuarios de las redes sociales y sindicatos del sector de la seguridad han denunciado públicamente que el clan familiar de los Pelúos vigila obras del Ayuntamiento de Barcelona. La parte social ha alertado de la contratación de "empresas fantasma, sin homologar y sin profesionales titulados" en obras pagadas con dinero público. 

Esta vez ha ocurrido con la promoción de covivienda cedida por el ayuntamiento a la cooperativa La Xarxaire. La entidad, que construye la obra tras ser ganadora de un proceso de adjudicación pública, ha confiado en la sociedad Los Cortés de control de obras para evitar robos. Tras el apellido Cortés figura, entre muchas, una de las familias asentadas en el barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs (Barcelona): el clan de los Pelúos. 

ADN Sindical: "Mal uso de dinero público"

Preguntado por la cuestión, el sindicato ADN Sindical, mayoritario en la seguridad privada, ha lamentado el "mal uso de dinero público". Un portavoz ha recordado que estas intervenciones urbanas "son adjudicaciones del ayuntamiento que, en el fondo, reposan sobre la caja común". 

"Es inadmisible que se haga uso de empresas fantasma, que no están registradas en el Departamento catalán de Interior y cuyos profesionales no son vigilantes titulados, tal y como deberían. La Xarxaire, que busca combatir la especulación inmobiliaria, debería comenzar en casa y vigilar las posibles irregularidades laborales", ha pedido la misma agrupación. 

La Abacería, controlada por los Jodorovich

La obra vigilada por un clan familiar en Barceloneta puede generar polémica, pero no es algo nuevo. El Ayuntamiento de Barcelona ya confió en la temida familia de los Jodorovich, implicada en el pasado en tráfico de drogas y blanqueo de capitales, para vigilar las obras de desamiantado y reforma del Mercado de la Abacería de Gràcia. En estos trabajos, los Jodorovich figuraban con su apodo: los Mulatos. 

Lo denunció también ADN Sindical, que ha sido muy proactivo en la contratación regular de la vigilancia de obras en los últimos años, entre otros campos. Un año antes, la misma plataforma denunció que la mejora urbana de los jardines del Clot de la Mel, en Sant Martí, y de la Iglesia de Sant Rafael, en Nou Barris, también estaban controladas por clanes familiares no profesionales.