Quim Torra insiste en mantener su protagonismo tras haber sido cesado como presidente de la Generalitat y en usar a su antojo sus instituciones de forma partidista. Su nuevo objetivo ha sido el Museo de Historia de Cataluña (MHC), al cual ha entregado este miércoles la pancarta a favor de los políticos presos y fugados del procés que colgó del balcón de la sede del Ejecutivo independentista en la barcelonesa plaza de Sant Jaume, y que acabó propiciando su inhabilitación.
Torra fue condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) por un delito de desobediencia por retirar dicha pancarta fuera de plazo en plena campaña electoral, a pesar de las reiteradas advertencias de la Junta Electoral instándole a hacerlo durante esos días para mantener la debida neutralidad de las instituciones públicas y respetar el pluralismo ideológico en vísperas de unas elecciones. Los hechos ocurrieron el año pasado y la condena de inhabilitación devino firme el 28 de septiembre, cuando el Tribunal Supremo (TS) desestimó su recurso y confirmó su cese.
"Represión" con sueldo de 122.000 euros
Torra, sin embargo, continúa sintiéndose orgulloso de haber incumplido las leyes democráticas. A su peculiar modo de ver, no fue inhabilitado "por colgar una pancarta, sino por colgar esta pancarta, con lo que decía": reclamar la liberación de los dirigentes encarcelados o fugados de la justicia tras haber llevado a cabo un referéndum ilegal de secesión y haber declarado gracias a su mayoría parlamentaria --no así en votos-- la independencia unilateral de Cataluña en octubre de 2017.
Torra, que tras dejar su cargo continúa percibiendo un sueldo anual de 122.400 euros como expresidente de la Generalitat -- 40.000 más que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez--, ha sostenido que su acción iba encaminada a dejar claro que Cataluña "vive una represión por parte de los gobiernos españoles, que le impiden ser libre".
"No desviarse del 1-O"
El exmandatario de JxCat considera que, con su utilización partidista de las instituciones públicas, cumplió su "deber" de "dejar bien claro que el gobierno de Cataluña estaba al lado de lo que la ciudadanía de Cataluña había expresado pacíficamente y democráticamente" (sic).
Torra, asimismo, ha insistido en la consigna posconvergente de "no desviarse en absoluto del mandato del 1 de octubre" --en alusión al referéndum nacionalista ilegal-- y, en plena crisis sanitaria, social y económica por la pandemia mundial de coronavirus, ha apuntado que "si nos desviamos de lo que nuestros ciudadanos, con su voto, con su sacrificio, su coraje y con su compromiso hicieron, nada de lo que ha pasado estos últimos tres años tiene sentido".
Partidismo en el museo
El expresidente del gobierno autonómico con mejores sueldos de España ha añadido además que volvería a colgar la pancarta, apuntando que "quizás cambiaría la expresión" porque, según él, hay 2.850 personas "represaliadas" por los gobiernos españoles, de izquierdas o de derechas.
Mientras tanto, el MHC, en manos de la Generalitat, ha agradecido la entrega de la pancarta aduciendo desde sus redes sociales un supuesto "cumplimiento" de su "misión" de "conservar los objetos históricos del país", algo que consideran "fundamental para la narración histórica".