Apenas tres días después de que destacados dirigentes de la Generalitat --en especial, de JxCat, a la que las encuestas dan como clara perdedora en los comicios-- plantearan la posibilidad de aplazar las elecciones autonómicas debido a la pandemia de coronavirus, el Síndic de Greuges Rafael Ribó ha abierto la puerta a que esto se produzca.
El equivalente al defensor del pueblo catalán ha planteado este lunes que una comisión de expertos dictamine como muy tarde el 15 de enero de 2021 si se dan las condiciones idóneas para que las próximas elecciones al Parlament se puedan celebrar el 14 de febrero, tal y como se anunció ya en plena pandemia.
Ribó, asimismo, ha apostado por “establecer diversas jornadas de votación” en las próximas elecciones catalanas, cuya celebración está prevista para el 14 de febrero. Esta es la propuesta que ha trasladado al Govern y al Parlament, de los que espera “un trabajo legislativo inmediato con la máxima urgencia” para asegurar que se cumplen todas las garantías democráticas en la cita electoral.
Ampliar los días de votación
De hecho, el Síndic apuesta por “promulgar, si es necesario, una ley electoral catalana provisional” para dar cobertura jurídica a todos los cambios necesarios para garantizar el derecho a voto a pesar de la pandemia. También cree necesaria la “interpretación extensiva” de la Ley Orgánica de Régimen Electoral para alargar los plazos de solicitud de voto postal y crear “mecanismos extraordinarios de voto domiciliario con una urna móvil”.
Duda del voto electrónico
Ribó asegura que su equipo ha analizado todas las alternativas posibles para celebrar estos comicios excepcionales. En primer lugar, se ha descartado el despliegue de urnas móviles en todo el territorio porque aunque “podría ser una solución”, es “muy costosa” y comportaría “enormes dificultades”.
Respecto al voto electrónico, considera que sería “el mecanismo ideal”, pero le genera desconfianza porque “no tenemos cultura ni el tiempo suficiente para establecerlo”. Esta es una de las vías más polémicas por las que podría optar el Govern, que ha encargado al Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI), una plataforma para poder votar digitalmente.
Aplazar la cita
Lo que sí defiende el Síndic, además de unas elecciones de varios días, es ampliar el número de mesas y de suplentes para cubrir todas las eventualidades que pueden surgir de la situación de pandemia. De hecho, ha abierto la puerta a posponer directamente los comicios si lo requiriera la situación epidemiológica.
Esta decisión la deberían tomar, según la propuesta, una comisión de expertos en salud y derecho electoral que debería analizar si se reúnen las condiciones necesarias para poder tirar adelante un evento masivo como unas elecciones y comunicar su veredicto el 15 de enero o antes. Este es un escenario abierto, especialmente después de las declaraciones de la semana pasada de Meritxell Budó, consellera de Presidencia, que reconoció que "si no se puede garantizar el derecho de voto de todos, no sé si se podrán celebrar estas elecciones".
"Acuerdo de país"
Para activar todos estos cambios legales, Ribó insta al Govern y a todas las candidaturas que lleguen a un “acuerdo básico de país” para “garantizar el derecho de voto de todo el mundo en tiempos de pandemia”. El Síndic espera que un pacto amplio, inmediato y de emergencia permita hacer los cambios normativos y administrativos necesarios.
De lo contrario, alerta que “puede haber riesgos y peligros para ejercer libremente el derecho a sufragio”. Por ello, reclama “minimizar que por razones de salud se afecte a buena parte de los electores”, ya que “puede haber miles de personas que se encuentren impedidas a ejercer el derecho a voto en la jornada electoral”.