El Govern abre la puerta a flexibilizar el cierre de la restauración que se aplica en Cataluña desde el pasado 15 de octubre para frenar la propagación del coronavirus. La consejera de Presidencia, Meritxell Budó (JxCat), ha avanzado este martes tras el encuentro del Consejo Ejecutivo que en las próximas reuniones con el Procicat se estudiará la reapertura de los bares y restaurantes catalanes.
La portavoz del Ejecutivo catalán no ha querido marcarse plazos, solo ha asegurado que el cerrojazo no se alargará "ni un día más de lo que sea estrictamente necesario". "Cuando los datos epidemiológicos lo permitan, flexibilizaremos estas medidas y recuperaremos aquellas actividades que no se estén pudiendo realizar", ha manifestado.
El Govern se escuda en los expertos
La exalcaldesa de La Garriga (Barcelona) ha vinculado en todo momento el fin de las restricciones a la restauración con las recomendaciones del Procicat. "Flexibilizar o no las medidas dependerán de lo que digan los expertos", ha declarado. Por ahora, la Generalitat ha prorrogado la clausura obligatoria de los negocios otros 15 días.
Las principales organizaciones empresariales de la comunidad han reclamado que se anule la prohibición, ya que indican que es extremadamente lesiva para el tejido económico local. Según cálculos de la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm), la factura del cierre impuesto por el Govern podría elevarse a 1.800 millones de euros.
Por el momento, la administración autonómica solo ha ofrecido ayudas por valor de 90 millones para cubrir las pérdidas de los empresarios del sector, una cifra que los agentes sociales tildan de insuficiente. Este capítulo se ha mostrado como la gran debilidad del Ejecutivo catalán. El reparto de otro paquete de subvenciones, dirigida a los autónomos, se ha convertido en un verdadero caos en el que los dos socios del gobierno, JxCat y ERC, se intercambian reproches. Budó ha reconocido los errores. Con todo, culpa de nuevo al Estado del error de la Generalitat. Según la versión de los independentistas, si no fuera por el déficit fiscal el reparto de dinero público se haría de forma diligente.