Corren malos tiempos para la otrora poderosa Assemblea Nacional Catalana (ANC). En solo una semana, sus campañas de insumisión fiscal y de boicot a empresas no independentistas se han estrellado contra Hacienda y el Tribunal Constitucional (TC); la calle constata su mermada capacidad de convocatoria y ha perdido su oportunidad de asaltar la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), un centro que su presidenta, Elisenda Paluzie, ve demasiado “unionista”. Asimismo, su hoja de ruta para marcar las elecciones catalanas del 14 de febrero no ha contado con el apoyo unánime de su militancia.
“Es más de lo mismo: ruido, ruido y más ruido. Es una performance que no va a ningún sitio y lo saben”, explica a Crónica Global un técnico de Hacienda destinado en Cataluña tras conocer la llamada a la insumisión fiscal que, la semana pasada, hizo la líder de la ANC. La iniciativa propone liquidar los impuestos en la Agencia Tributaria de Cataluña a modo de “ejercicio práctico de independencia fiscal".
"No nos han dado ninguna instrucción"
“A nivel oficial a nosotros no se nos da ningún tipo de instrucción específica, entre otras cosas porque no veo a nadie capaz de presentarse en una oficina de Hacienda a preguntar qué pasaría si no ingresa, por ejemplo, un trimestre del 130 o del 115 o deja de pagar los seguros sociales de un trabajador”, explica este técnico. La respuesta, afirma, resultaría obvia: “La maquinaria de la administración se pondría en marcha para que se cumpliese con la obligación, llegando en última instancia al embargo de bienes. Conociendo casos de algún contribuyente que ha pagado en carnes propias el hacer caso a este tipo de campañas, muy pocos, por no decir nadie, se arriesgarán a entrar en el engranaje de morosidad de la Administración”.
Asimismo, el TC sentenció ayer que la denuncia de Foment del Treball contra la ANC por impulsar una campaña de boicot a las empresas no independentistas será tramitada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, y no por la Autoritat Catalana de la Competència, como pretendía la Generalitat. El mazazo contra la entidad catalana se ha traducido en más victimismo respecto a la “venganza y persecución política” que, asegura, practica el Alto Tribunal.
Asaltar las universidades
Pero la queja de la entidad que, sin ser votada por los catalanes, llegó a dirigir los designios del Govern en pleno procés, apenas ha tenido repercusión. Como tampoco la tienen las últimas movilizaciones de la ANC, incapaz de llenar las calles en aniversarios señalados --referendum, DUI-- o ante la confirmación de la condena de Quim Torra, por poner algunos ejemplos recientes.
Tampoco ha logrado la ANC asaltar las universidades que considera “unionistas”, como la UAB, donde el relevo será continuista, dado que Javier Lafuente, único candidato a las elecciones a rector, sustituirá a Margarita Arboix.
División interna
Paluzie tiene todavía la oportunidad de presentarse a las elecciones a la Universitat de Barcelona (UB), dado que es catedrática de Economía Aplicada.
A nivel interno, la presidenta de la ANC tampoco logra el cierre de filas. Su hoja de ruta de cara a las elecciones catalanas del 14F no contó con un apoyo unánime. El pasado domingo, el secretariado nacional de la entidad celebró un pleno extraordinario para decidir cómo debe incidir la entidad en los comicios al Parlament. Se presentaron seis propuestas de resolución, de las que se aprobó la presentada por la Comisión de Estrategia y Discurso con 46 votos a favor, 20 en contra y cuatro en blanco.