Sin complejos, sin rubor. Los socios de gobierno de la Generalitat prácticamente se insultan en público. La elección de Ramon Tremosa como consejero de Empresa, por parte de Quim Torra, tenía un claro objetivo: marcar de cerca y desgastar al vicepresidente y consejero de Economía, el republicano Pere Aragonès. Y Tremosa no pierde el tiempo. En público, en su cuenta de Twitter, ha querido dejar en ridículo al republicano por anunciar un fondo público-privado, con una dotación de 200 millones de empresas para invertir en empresas solventes, pero con dificultades, y que puedan ser tractoras de un determinado sector. Según Tremosa eso ya existe y es el cometido de la empresa pública Avançsa.
Tremosa ha señalado que se trata “de una gran noticia para el sector empresarial y económico catalán. Tal vez en vicepresidencia, sin embargo, desconocen que esto ya lo está haciendo la Generalitat de Cataluña desde hace muchos años a través de la empresa pública Avançsa con un presupuesto de 15 millones este 2020”.
La idea de Tremosa es que no es necesario el anuncio del fondo ni los recursos para el concurso público para constituirlo, sino que esos 200 millones, aunque el consejero de Empresa habla de “100 millones”, se podrían transferir “a Avançsa”. Insiste Tremosa en que, en 35 años de vida, el vehículo público de inversión ha “convertido conjuntamente con capital privado en decenas de empresas de alto valor añadido, en fase de crecimiento o de consolidación”.
Tremosa, el ariete de JxCat
Aragonès, en cambio, ha puesto en marcha un nuevo proyecto, con un vehículo de inversión que tendría una dotación mínima, por parte de la Generalitat, de 100 millones de euros, y otra cantidad equivalente que llegaría por parte de diversos inversores privados. Para ello, el Ejecutivo catalán ya ha licitado el concurso para las consultoras, con el objetivo de que en unos dos meses tengan el proyecto elaborado.
La cuestión es que cualquier iniciativa ahora por parte del consejero Aragonès contará con la crítica de los consejeros de JxCat, y, en concreto, de Ramon Tremosa, un verdadero ariete para controlar al vicepresidente republicano e intentar erosionar el partido en plena carrera electoral.