En pleno debate sobre el futuro de la movilidad urbana en Barcelona, BCN Global ha presentado este jueves una propuesta que difiere en puntos esenciales de los planes adelantados por el gobierno municipal. En primer lugar, el lobi empresarial defiende la colaboración público-privada para garantizar la conectividad entre la capital y su área metropolitana. Por eso propone la incorporación de los operadores del sector en la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), donde también el Estado debería dejar de ser un mero observador para adquirir un protagonismo más determinante.
Además, la organización no descarta ninguna alternativa de transporte --incluidas las opciones de micromovilidad provistas por empresas como eCooltra o Movo--, tampoco el automóvil. "El coche no es el enemigo de la movilidad", ha declarado Mateu Hernández, consejero delegado de BCN Global. En este capítulo, el modelo se aparta de la voluntad del Ayuntamiento de Barcelona, que se ha marcado como meta la limitación al 18% de los desplazamientos en vehículo privado para 2024.
Contrapropuesta al plan de Colau
El informe de la asociación empresarial, que ha contado con la participación de más de 60 socios y expertos, fue presentado ayer ante la secretaría de Estado de Transportes. La presidenta de BCN Global, Aurora Catà, ha quitado importancia al hecho de que la propuesta haya sido comunicada en primer lugar a la Administración central y no al consistorio barcelonés. "Se trata de una cuestión de agenda. Siempre presentamos los proyectos a todas las administraciones implicadas", ha manifestado.
Sin embargo, el pacto promovido por BCN Global entre el sector público y el sector privado choca contra las medidas que Ada Colau lleva imponiendo desde que asumió la alcaldía. De hecho, la propia organización considera que sería conveniente "un cambio en la manera como se gobierna y se ejecuta" la movilidad en la capital catalana. La entidad asume la sostenibilidad como un objetivo inexcusable, aunque favoreciendo un clima de emprendimiento que convierta la Ciudad Condal en "un espacio de pruebas para la movilidad", sobre todo en la modalidad eléctrica y en la tecnología 5G.
Sí al peaje urbano
En concreto, BCN Global pone sobre la mesa una batería de iniciativas para repensar la movilidad metropolitana a largo plazo. Entre estas, materializar las inversiones comprometidas tanto por el Estado como por la Generalitat, como la L9 de Metro o la estación de AVE de La Sagrera; impulsar la agilidad y eficiencia en el transporte de mercancías, reduciendo sus aspectos más contaminantes y de saturación de la vía pública; reforzar la red de transporte colectivo y aprovechar los fondos de reconstrucción europeos para impulsar la transición energética vinculada con el New Green Deal también en materia de movilidad.
Además, la asociación apoya la implantación de un peaje urbano para filtrar la cantidad de vehículos que acceden a Barcelona y propone la creación de parkings públicos en estaciones ferroviarias para ofrecer nuevas plazas de estacionamiento a los conductores. Esta medida topa de nuevo con la política seguida por la líder de los comunes, que ha incrementado el precio de los aparcamientos para expulsar al coche del entorno urbano.