Ramón Tremosa ha puesto sobre la mesa la inyección de fondos públicos para salvar los empleos de Bosch en Cataluña, aunque no ha concretado ninguna cantidad ni procedimiento para garantizar esta financiación. El consejero de Empresa ha transmitido esta propuesta a los trabajadores después de una reunión conjunta con el comité de empresa y los alcaldes de Vilafranca del Penedès (Pere Regull) y Castellet i la Gornal (Miguel Delgado).
Tremosa ha explicado que el Govern hará “el esfuerzo que haga falta para mantener los puestos de trabajo y favorecer una reconversión a productos de más valor añadido para reconsiderar la decisión de la empresa alemana”. Ahora bien, ha afirmado que es "difícil" convencer a una empresa que quiere marcharse: "Si se van es porque quieren, no por falta de alternativas".
Una medida vacía
La propuesta llega después de que los 300 trabajadores de la firma de electrodomésticos montasen en cólera por la desinformación del responsable de Empresa. Tremosa afirmó el pasado martes que existía un acuerdo entre el personal y la dirección sobre el ERE anunciado por la compañía la semana pasada. CCOO desmintió en una nota al conseller asegurando que la declaración era "del todo falsa".
Con la promesa de ayudas, Tremosa parece querer tender la mano a un comité receloso de la voluntad de la Generalitat. Sin embargo, la iniciativa no ha ido acompañada de ninguna cifra concreta. Según el político, esto depende “de la inversión de la empresa en la reconversión de actividad, de qué parte financiaría el Estado o quizá hasta se podría acceder a los fondos de recuperación europeos”.
Cascada de ERE
Al reajuste de Bosch se suman los despidos colectivos anunciados por Saint-Gobain, Newrest y Selecta, por citar solo algunos de los que golpearán a centros de producción localizados en Cataluña.
El Govern deberá afrontar un otoño donde la conflictividad laboral puede estallarle en las manos por la cascada de ERE que amenazan sobre todo a los servicios e industria. Pese a ello, Tremosa ha apuntado que en su opinión la crisis actual será "más coyuntural" que la del 2010: "Creemos que de lo que se trata es de aguantar los puestos de trabajo unos meses porque en nueve meses o un año puede haber cambiado la situación económica", asevera el consejero.