El presidente catalán, Quim Torra, ha ejecutado una nueva crisis de Gobierno exprés, la segunda desde que asumió el liderazgo de la Generalitat. El independentista ha nombrado al exdiputado Ramon Tremosa nuevo responsable de Empresa y Conocimiento; ha traspasado Interior al abogado Miquel Samper, número dos de Junts per Terrassa en las últimas elecciones municipales; y a la profesora Àngels Ponsa titular de Cultura.
Los dos primeros tomarán posesión de sus nuevos cargos esta misma tarde, mientras que la sustituta de Mariàngela Vilallonga hará lo propio el próximo martes.
Los cesados se enteran por los medios
Los tres tienen en común que son políticos que defienden sin fisuras las tesis del expresidente de la Generalitat fugado, Carles Puigdemont. De esta forma, Torra deja fuera del Ejecutivo a los perfiles más díscolos y polémicos de una forma igualmente controvertida. Los afectados por la remodelación se han enterado que habían sido cesados de facto por los medios de comunicación.
La titular de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón, ha recibido la noticia en medio de un encuentro con los agentes sociales para debatir la futura ley catalana de cámaras de comercio. El desarrollo de esta norma ha sido el último choque entre la política de Igualada (Barcelona) y Torra, ya que se abrió a negociar el borrador inicial que convertía a las organizaciones de derecho público en patronal que había hecho saltar por los aires la paz social en Cataluña.
Además, era el único cargo del espacio neoconvergente del Gobierno catalán que aún mantenía el carné del PDECat. No se ha pasado a la nueva apuesta política de Puigdemont y suena como candidata firme a la presidencia en la lista de los herederos de Convergència en las próximas elecciones catalanas.
Buch, el independentista controvertido
Torra tampoco ha informado en tiempo y forma al hasta ahora responsable de Interior, Miquel Buch, de su relevo. Era un cambio esperado desde hacía meses debido a las actuaciones de los Mossos d’Esquadra en algunas manifestaciones independentistas. El Govern había incurrido en la irracionalidad de alentar las protestas y, a la vez, reducirlas, cuestión que generó tensiones internas. La propia líder de la ANC, Elisenda Paluzie, y la exreponsable de Educación, Clara Ponsatí, habían pedido en varias ocasiones su sustitución.
Hasta la fecha las discrepancias se habían saldado de forma positiva. Buch seguía al frente del cuerpo de seguridad catalán y el único cese repentino fue el de su responsable de prensa hace un año. Joan María Piqué, uno de los fieles de Puigdemont, sustituyó a una veterana del partido y conocedora a fondo del departamento, Joana Vallès.
El hasta ahora consejero anunció que sufre una enfermedad crónica. Con todo, nunca le ha pasado factura en su gestión en el departamento.
Vilallonga, la consejera de la ‘raza catalana’
Vilallonga también ha estado abonada a la polémica en el año y medio que ha ocupado el cargo. Aunque, en su caso, se ha ganado más críticas entre los contrarios a la independencia que entre los perfiles más radicales. Cargó contra TV3 porque, a su juicio, usaba demasiado el castellano; en su día, defendió que existe una “raza catalana”.
Las muestras de supremacismo de la filóloga y exvicepresidenta del Institut d’Estudis Catalans fueron secundadas en los ambientes más extremistas. ¿Le ha costado eso el cargo? Fuentes de su entorno apuntan a que su gestión de la crisis del coronavirus erosionó más su perfil en el Govern que no estos exabruptos. Torra, finalmente, ha decidido que se trata de un liderazgo amortizado.
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