El independentismo ha salido en tromba contra un vigilante y un revisor de Renfe por un presunto caso de discriminación lingüística que es un bulo. Es lo que figura en un informe interno de Cercanías al que ha accedido a este medio sobre un encontronazo entre la seguridad del transporte y una pasajera el pasado 25 de agosto. El documento descarta mala praxis del guardia y lo que es más, abre la puerta a un posible delito de odio de la viajera contra ellos.
El rifirrafe tuvo lugar a bordo de un tren de Cercanías de Renfe que cubría el trayecto entre La Garriga y Vic el martes de la semana pasada. Una joven ha denunciado que el vigilante y un interventor la "acosaron" por hablar en catalán. Asegura que" no la dejaron bajar del tren" porque su billete marcaba que había sido validado en Vic. La presunta víctima sostiene que se rieron de ella por sus dificultades por expresarse en castellano y solo pudo zafarse de los dos trabajadores cuando amenazó con llamar a los Mossos d'Esquadra. Su versión, reproducida por medios independentistas, ha dado pie a críticas en tromba contra el operador ferroviario y contra los vigilantes de seguridad en las redes sociales.
"Delito es no hablar en catalán en Cataluña"
No es lo que pasó. Un informe interno de trabajadores vinculados al incidente desmiente por completo que hubiera mimbres para la discriminación lingüística. Lo que es más: sostiene que fue la viajera la que insultó al vigilante y al revisor. Cuando los dos estaban haciendo su trabajo apercibiendo a viajeros sin billete, ésta, que les estaba grabando con su móvil, les reprendió al grito de "lo que es delito no hablar en catalán en Cataluña". Asimismo, la pasajera habría "alterado el orden público" y se habría negado a mostrar su título con la expresión "sí, voy a tener billete con el servicio que dais".
Después, la presunta víctima no solo no se zafó de los dos empleados tal y como explicó ella misma a los medios nacionalistas, sino que fue sancionada. ¿Cómo? Con un tíquet por interferir en la labor inspectora de viajeros sin billete alterando el orden público, el llamado BPM 293693-5 de Cercanías. Antes de ello se había identificado, tras negarse a hacerlo en un primer momento. El informe agrega que el interventor no llamó a los Mossos d'Esquadra porque la operativa para atajar el conflicto "habría provocado una demora de 40 minutos en el tren".
Estudian denunciar por odio
Preguntado por la cuestión, el sindicato ADN Sindical, mayoritario en el sector de la seguridad privada, ha explicado que está arropando al vigilante de seguridad que participó en la actuación. La parte social ha señalado que se encuentra investigando el material publicado en las redes sociales para, si ve causa para ello, presentar una denuncia por delito de odio contra la viajera. "Fue la pasajera la que agredió, en este caso verbalmente, al vigilante por hablar en español", recuerda ADN. La misma fuente ha precisado que la chica llevaba indumentaria radical, "incluida una mascarilla con el logo de la marca de ropa Fred Perry, vinculado a los skins independentistas".
El sindicato ha reiterado su petición de que la seguridad de las redes de transporte público en Cataluña lleve minicámaras de seguridad como la Policía Nacional "para fiscalizar las posibles malas actuaciones de los compañeros y también evitar los vídeos virales sesgados contra el colectivo". A colación de ello, la agrupación ha recordado que su demanda cuenta con el aval de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). A su vez, un portavoz de Renfe-Cataluña ha indicado a este medio que estudiará los hechos.