La Generalitat de Cataluña vuelve a pedir penas de prisión contra manifestantes independentistas a los que tan a menudo alientan sus dirigentes. Esta vez, para reclamar junto a la fiscalía penas de hasta cinco años y medio a un joven que participó en la protesta contra una concentración que el sindicato policial Jusapol realizó en septiembre de 2018.
El Juzgado de Instrucción número 31 de Barcelona ha acordado abrir juicio oral contra el hombre, detenido por su participación en la contramanifestación secesionista celebrada ese mismo día en la Vía Laietana de la ciudad.
Desórdenes públicos, atentado y lesiones
En su escrito, la fiscal reclama al acusado dos años de cárcel por un presunto delito de desórdenes públicos, tres años y medio por otro de atentado y una indemnización de 1.560 euros para un agente de los Mossos d'Esquadra por presuntas lesiones.
La Generalitat, que se presenta como acusación particular, pide por su parte una condena de cuatro años y nueve meses por los mismos delitos, además de una indemnización de 1.549 euros para el agente lesionado.
Golpes a los mossos
La fiscalía asegura que el acusado, junto a un grupo de manifestantes contrarios al sindicato policial "y movido por la intención de quebrar la seguridad y la paz pública", fueron adoptando "una actitud cada vez más beligerante" contra los agentes antidisturbios que separaban ambas protestas.
El escrito de la fiscal señala que los manifestantes lanzaron "huevos, globos y bolsas con polvos de colores" contra el cordón policial, hecho que destaca como un riesgo para la integridad de los agentes.
El escrito de la fiscal también recoge que el acusado utilizó una bandera atada a un palo con la intención de "acometer contra los agentes" y llegando a "asestar dos golpes" a un mosso, al que lesionó en la muñeca, por lo que reclama una indemnización para él.
"Problemas de respiración"
La abogada de la Generalitat recoge las mismas acusaciones en su escrito: considera que las pinturas que los manifestantes lanzaron a los agentes "provocaron problemas de respiración" e inutilizaron su material de protección, porque no podían ver a través de las viseras de los cascos.
Por su parte, el grupo de apoyo al acusado, Marcel Absolució, ha defendido en un comunicado este miércoles que cuando el joven estaba en la protesta "entre los miles de manifestantes que había en aquel momento en Vía Laietana, recibió las cargas que la policía estaba efectuando".
Según su versión, Marcel fue detenido cinco meses después en Badalona (Barcelona), y han criticado que "se trata de un juicio político, en el marco de la macrocausa contra el independentismo, y un nuevo intento de desmovilizar y destruir las vidas de jóvenes militantes de izquierdas e independentistas".
Torra se lava las manos
Este mismo miércoles, la Consejería de Presidencia del Govern de Quim Torra ha subrayado en un comunicado que, en los procedimientos judiciales relacionados con actuaciones de los Mossos, "la iniciativa jurídica corresponde a los letrados del Departamento de Interior".
"Los abogados del Departamento de Interior que representan a los agentes del cuerpo de Mossos d'Esquadra tienen la obligación ineludible de garantizarles asistencia jurídica y ejercer su defensa", y ha defendido el derecho de todos los funcionarios a tener esta garantía si sufren una agresión mientras trabajan.
Segundo caso en una semana
Por su parte, la Consejería de Interior se ha referido a la Ley que regula los servicios jurídicos de la Generalitat, citando el apartado que estipula que "estos funcionarios deben actuar de acuerdo con las directrices del abogado de la Generalitat", y ha descartado que sea el Departamento quien da directrices a los abogados.
La semana pasada, la Generalitat también pidió seis meses de cárcel para otro independentista acusado de herir a un mosso en uno de los cortes de la avenida Meridiana de Barcelona, una acción enmarcada en las movilizaciones contra las sentencias a los dirigentes del procés. La versión del agente se basa en que cayó al suelo a causa del empujón que el joven le dio. El golpe con el suelo le provocó lesiones en un dedo y le obligó a estar de baja durante diez días.