Josep Lluís Carod-Rovira, exvicepresidente de la Generalitat de 2006 a 2010 y exlíder de ERC, sugiere al independentismo hacerse con el control de los Mossos d'Esquadra y otros cuerpos de seguridad "uniformados" y "armados" de Cataluña para imponer en ellos su ideología y alcanzar con "éxito" la secesión de Cataluña.
Carod, en la actualidad simpatizante y afín al prófugo Carles Puigdemont, lamenta la "dependencia de la autoridad judicial" y, por tanto, el cumplimiento de la legalidad española por parte de estos cuerpos policiales y de seguridad en un artículo titulado "Control del territorio" publicado en la web Nació Digital.
El expolítico independentista lamenta que "cientos de miembros" de los Mossos procedan de otros cuerpos como la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército, da por hecho que algunos de ellos trabajan para "el CNI" y cuestiona la ideología de otros que, según él, "profesan una ideología ultrarreaccionaria y anticatalana" (sic), que considera perniciosa y a menudo "provocadora". "Pensar por tanto que el cuerpo de policía se implicará favorablemente en el procés para la independencia, en todo el territorio, es pura fantasía", deplora.
"Organizaciones armadas independentistas"
Carod, incluso, se atreve a "elucubrar" sobre "cuál hubiera sido la evolución del comportamiento del cuerpo de Mossos d'Esquadra si se hubieran incorporado para hacer carrera profesional algunos antiguos miembros de organizaciones armadas independentistas, tal como parece que fueron invitados a hacer y como ha sucedido en otros lugares".
A partir de ahí, el exvicepresidente de la Generalitat continúa su alegato en pos de la politización del cuerpo celebrando "la existencia de muchos" agentes "comprometidos con la causa legítima del pueblo catalán para su independencia nacional" a nivel particular, "al margen del posicionamiento general y oficial del cuerpo". Algo que sugiere "tener en cuenta" a "efectos de inventario de cuáles son las potencialidades que tenemos para cuando convenga". Y amplía esta observación a otros cuerpos "uniformados" como los bomberos o "armados" como policías locales o agentes rurales.
Carod culmina su escrito planteando dos escenarios posibles para asegurar ese "control del territorio" que considera necesario para la independencia: uno, después llegar a un acuerdo con el Estado español; y otro sin él, planteando a las claras que, en ese momento, el Govern "utilizara todos los medios a su alcance para hacer respetar" el nuevo Estado tras un referéndum de "autodeterminación".
A rueda de Puigdemont
El artículo se pone a rueda de la alerta lanzada por Carles Puigdemont días atrás sobre la necesidad de tener preparado el control del territorio, "también el control de las personas", a través de la policía catalana. Desde su punto de vista, debe ser la respuesta para cuando el independentismo vuelve a encontrarse "con la pared que siempre pone el Estado".
Josep Rull, el exconseller condenado por el Tribunal Supremo por su participación en el 1-O y actualmente en tercer grado, se apuntó inmediatamente a la sugerencia del prófugo, que constituye un paso más en la estrategia de subir otro escalón en la estrategia de desafío al orden constitucional español. En definitiva, disponer de unos policías que desobedezcan las órdenes de los jueces y se pongan al lado de los sediciosos de forma abierta.