La Generalitat de Cataluña activó su sistema de rastreo del coronavirus tres semanas después de que apareciera el primer brote en la comarca del Segrià (Lleida). Un brote del que se tuvo constancia el 22 de mayo, y a pesar de lo cual el sistema no se activó hasta mediados del mes de junio.
Según informa el programa Planta Baixa de TV3, hasta el 16 de junio, como mínimo, el Govern no activó dicho sistema de rastreo de los contactos. Durante la primera quincena de junio, la curva de contagios --con una quincena de casos diarios-- no se logró aplacar, y se disparó a partir de la tercera semana del mes.
Los brotes no se controlaron, entre otros motivos, porque mientras los contagios iban en aumento, el programa que debía existir en Cataluña para rastrear a los contactos de las personas que habían dado positivo todavía no estaba en funcionamiento. Hasta el 2 de junio, no se produjo el acuerdo de gobierno para iniciarlo: es decir, diez días después de detectarse el brote. Y hasta el 16 de junio, como mínimo, no se activó.
Las prisas de Torra por desconfinar
Cabe recordar que, justo a mediados de junio, la Generalitat reclamaba al Gobierno central que relajara las normas de confinamiento para que toda Cataluña pasara a la fase 3, a la que todavía no habían accedido las regiones sanitarias de Lleida y de Barcelona y su área metropolitana --justo las más afectadas ahora por los rebrotes--. Un cambio de fase que se produjo el 18 de junio, y que duró apenas 24 horas, pues el Govern de Quim Torra se apresuró a firmar un decreto para desvincularse del plan de desescalada español y del estado de alarma, que concluía ese mismo fin de semana (el 21 de junio) en todo el país.
Por lo que respecta a la situación actual, cabe recordar también que Cataluña cerró su programa de tests masivos 10 días antes de decidir aislar Lleida. Tal y como reveló esta semana Crónica Global, el Govern independentista liquidó el Programa Orfeu, que pretendía hacer 309.000 pruebas, con el 16% completado.