Las quejas de la consejera de Cultura de la Generalitat, Mariàngela Vilallonga (JxCat) contra la inclusión del castellano en una serie de TV3 no son exclusivas de los mandatarios posconvergentes, sino que parecen ser compartidas incluso desde los sectores supuestamente menos identitarios de ERC. Así se desprende, al menos, de la reflexión efectuada por su exdiputado Joan Tardà, que desde sus redes sociales ha justificado los recelos y el desdén hacia el bilingüismo mayoritario en la sociedad catalana por parte del Govern independentista.
"Introducir lengua castellana en TV3 hubiera sido normal si con normalidad también se hubiera introducido la lengua catalana en las grandes televisiones privadas que emiten gracias a una licencia del Estado con finalidad de servicio público. Pero siempre se han negado y los gobiernos nunca lo han exigido", ha apuntado Tardà en su perfil de Twitter.
Tardà, sin embargo, elude en su comentario varias cuestiones que desmontan su argumentario: la primera es obviar que TV3 es una televisión pública y, por tanto, pagada con los impuestos de todos los catalanes, hablen el idioma que hablen; la segunda, que en Cataluña existen dos idiomas cooficiales: el catalán y el castellano, que por sistema es ignorado en dicho canal televisivo público, salvo en contadas excepciones. Y la tercera, que la televisión pública española (TVE) sí que emite de forma indistinta en ambos idiomas en esta Comunidad Autónoma, puesto que desde 1964 ofrece varios de sus programas e informativos en catalán