El fuerte impacto sanitario, económico y social causado por la pandemia de coronavirus en los últimos meses obligará a reformular el presupuesto municipal de Barcelona. La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, reconoce que el municipio ha dejado de ingresar 300 millones de euros durante los meses de confinamiento, y ha expresado su intención de no llevar a cabo recortes, aún reconociendo los problemas financieros actuales.
En este sentido, la líder de los comuns ha destacado en una entrevista en Betevé que el consistorio ha desembolsado, además, un gasto extra de 40 millones de euros para paliar los efectos de la pandemia. Por todas estas razones, considera "muy importante reprogramar" y reajustar el presupuesto municipal.
"No queremos hacer recortes, pero hay que controlar el gasto", ha advertido Colau, que ha agradecido la disposición al diálogo y la "buena sintonía" de todos los grupos de la oposición para tomar medidas y reformular las cuentas actuales ante esta situación de emergencia, y empezar a planificar las de 2021.
Drástica caída del turismo
Según Colau, actualizar el presupuesto debe servir, entre otras medidas, para reanudar obras que se pararon, y cuya fecha de finalización se retrasará, o bien para dotar de un fondo específico para la población más vulnerable.
A esos problemas se añadirán este verano otros como el descenso de la actividad turística, uno de los principales motores de la ciudad: "No será un verano como otros", ha reconocido Colau. En este sentido, la alcaldesa ha apuntado su deseo de diversificar la actividad económica de la ciudad afirmando que "nos gusta el turismo y que nos visiten, pero no que sea un monocultivo".
Así, ha insistido en su oposición a abrir nuevos hoteles en el centro y su deseo de abaratar los alquileres, en especial en el caso de los pisos turísticos ya que, en su opinión, "no tiene sentido que ahora estén vacíos y, al mismo tiempo, haya familias sin vivienda", o bien en habitaciones. Ante esta situación, la alcaldesa plantea el pago de un alquiler a los propietarios para lograr soluciones temporales a situaciones de urgencia y ha recordado que solicitará al Gobierno una moratoria de la suspensión de desahucios a familias vulnerables.
No descarta entrar en la fase 3 el lunes
Por lo que respecta a la desescalada, Colau no descarta que Barcelona entre en la fase 3 dentro de una semana "si los datos son buenos", más aún teniendo en cuenta los escasos matices que, a su juicio, existen respecto a la actual fase 2.
La alcaldesa, asimismo, mantiene sus planes en movilidad y ha advertido de que la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) "no se ha descartado", sino que mantiene la moratoria y que, a medida que se recupere la actividad, se reemprenderá. "Pronto se sabrá, desde el diálogo con todas las administraciones", ha apuntado.
Hacer "la vida más difícil al coche"
Así, Colau ha considerado que "la contaminación previa a la pandemia era insostenible" y se ha mostrado partidaria de "hacer la vida más difícil al coche en la ciudad; no eliminar, pero sí reducir su uso". Un cambio que, afirma, "no tiene marcha atrás".
La munícipe ha considerado "un éxito rotundo" las "pacificaciones de calles" llevadas a cabo en las últimas semanas para ganar espacio y contribuir al distanciamiento social de los peatones: "Se ha ganado más espacio para la bicicleta y el transporte público y se ha hecho una campaña de higiene muy fuerte. Aún quedan temas estructurales a resolver. El principal, la movilidad interurbana. Eso tardará meses, hacen falta inversiones", ha dicho.
Residencias y reapertura de escuelas
En relación a la gestión de la crisis del coronavirus, Colau ha asegurado que todas las administraciones deben hacer autocrítica por lo sucedido, especialmente sobre la situación y la elevada mortalidad en las residencias, cuya gestión ha considerado un "fracaso rotundo".
"Después de las residencias, los grandes olvidados han sido los niños y niñas", ha añadido. La alcaldesa ha criticado que el confinamiento total de los más pequeños se prolongara durante más de 40 días, y también cómo se ha planteado ahora la reapertura de las escuelas, que "no se ha centrado en los niños, sino solo en las medidas a seguir".
Colau ha atribuido que la mayoría de los niños no hayan vuelto este lunes a las escuelas a la estigmatización que, a su juicio, se ha hecho de los centros escolares durante la pandemía y a la falta de flexibilidad en la aplicación de los protocolos contra el contagio.