La reclusión impuesta por el Covid-19 ha obligado a los menores a recibir clases telemáticas, lo que ha disparado la preocupación sobre la posible filtración de datos. De ahí que la Consejería de Educación de la Generalitat haya cerrado un acuerdo con XNet para buscar alternativas a Google. Esta asociación dedicada a proteger los derechos digitales calcula que el mercado potencial del gigante tecnológico en Cataluña es de 300.000 menores a los que hasta ahora no tenía acceso.
"Que no se agobien los fans de Google, aquí no se prohíbe nada. Solo nos gustan las competiciones en igualdad de condiciones”, aseguran desde XNet, dedicada a fomentar la democracia en red, un internet libre y la libre circulación de la cultura y la información. Es miembro de la asociación internacional European Digital Rights. Simona Levi, su cofundadora, fue impulsora de 15MpaRato, cuyas investigaciones sobre la gestión de Rodrigo Rato al frente de Bankia sentaron al exvicepresidente en el banquillo por el caso de las tarjetas black.
Así, el Departamento de Educación ha acordado con XNet un plan sobre privacidad y digitalización democrática de los centros educativos. Se trata de un proyecto no remunerado pionero que puede ser un prototipo para la digitalización de toda la administración autonómica post-Covid19.
Google desembarcó hace unos años en la escuela pública a través del correo Gmail y de la herramienta Google Suite como plataforma telemática de trabajo para las actividades escolares: correo interno y externo, almacenamiento de toda la información, desde los contenidos hasta las evaluaciones, ejercicios y creación de contenidos del alumnado y del profesorado, chats, relaciones con la comunidad educativa y las familias, etc.
Este despliegue está relegando a un segundo plano otras opciones o herramientas open source como Moodle, que estaban extendidas desde hace años en el ámbito escolar. De esta forma, Google puede almacenar y recopilar datos y contenidos de una franja de edad que antes le era inaccesible, así como fidelizar a usuarios menores de edad que aprenden las herramientas de este gran navegador, como si no existieran otras opciones en Internet.
De ahí que el proyecto de XNet, que se implementará a lo largo de un año, surja de la colaboración de un grupo de madres y padres, preocupados por la protección de datos de sus hijos, inspirados en el concepto “soberanía de datos”, que ya aplican otros países europeos.
Se trata de encontrar alternativas a Google en las escuelas, es decir, servidores seguros respecto a la privacidad de los menores, la protección de datos y respeto a los derechos humanos. “También existiría la opción de utilizar servidores propios, pero las políticas de privacidad de los últimos tiempos la hacen poco viable”, explican desde XNet.
Una de las estrategias fundamentales de refuerzo de la seguridad es el cifrado. Por ello, se ofrece a los centros educativos, respetando su autonomía, opciones seguras y diversificadas para que puedan elegir, pero con toda la información necesaria. Entre las opciones profesionales y comerciales existen soluciones de empresas capaces de ofrecer servicio a instituciones.
La experiencia de Taiwán
La idea es proporcionar a la comunidad educativa información de proveedores europeos para que se estudie la idoneidad, así como información sobre la experiencia de otros gobiernos que hayan implementado servidores respetuosos con los derechos humanos. Un ejemplo es Taiwán, país presente en el Consejo de la Carta de Derechos y Responsabilidades Digitales de Cataluña.
Todo ello requiere modificar los pliegos de contratación de los servidores de la Generalitat --y no solo del Departamento de Educación-- para que se incluyan los estándares más elevados de privacidad, derechos, ética, respeto por las personas usuarias, transparencia y seguridad.
El proyecto prevé el impulso de Suites educativas para crear opciones estructurales, ágiles y de fácil usabilidad en los centros, con la finalidad de que los servicios sean proveídos, siempre que sea posible, por empresas de proximidad. Abrir un buzón para que puedan llegar propuestas la ciudadanía y convocar reuniones con las empresas que facilitan recursos en abierto y libres y en base al cumplimiento del principio de neutralidad de la Consejería.
Asimismo, el plan incluye formación en tecnocultura, es decir, aprendizaje de herramientas útiles al usuario, más allá de la técnica, y que el aprendizaje adquirido sea transferible al resto de usos, así como tejer un entramado asociativo para que los centros de investigación y desarrolladores de software libre den respuesta a las necesidades digitales que les vayan surgiendo a la comunidad educativa.