¿Todo es normal, y debería ser aceptado? La entidad Empresarios de Catalunya ha denunciado al presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, por promocionar unas particulares mascarillas en TV3, aprovechando una entrevista en el programa de actualidad de la cadena autonómica, FAQS. Canadell promovió unas máscaras de protección, para el Covid-19 bautizadas como ‘Maskcat’. Lo que denuncia el presidente de Empresarios de Catalunya, Carlos Rivadulla, es que Canadell “indicó nombres de empresas concretas que venden –por unos doce euros—esas máscaras que él promociona en la televisión pública y en las redes sociales”.
Con el convencimiento de que eso no se debería permitir en una televisión pública, la entidad, que agrupa a 500 empresarios y profesionales catalanes, ha preguntado a la propia Cámara de Comercio para saber si esa es, precisamente, su función: promocionar productos sanitarios y publicitar productos comercializados por terceras empresas. Además, se cuestiona que esas máscaras cumplan con la homologación exigida y con la normativa sanitaria vigente.
¿Qué dice la consejera Chacón?
Ante eso, Empresarios de Catalunya ha enviado dos cartas a la consejera de Empresa, Àngels Chacón y al secretario general de la Cámara de Comercio, Xavier Coronas, para que reprendan a Canadell y le hagan entender que esa no es su función como presidente del organismo empresarial.
Esa práctica se une a las descalificaciones de Canadell a través de las redes sociales. Rivadulla señala también en las cartas las “abominables declaraciones públicas” de Canadell, en las que afirmaba que España era “paro y muerte”, unas aseveraciones que ha reiterado, lejos de mostrar su arrepentimiento. “Son unas declaracionea que, desde mi punto de vista, destilan odio y animadversión hacia lo que él llama, incoherentemente España, ya que España, e incluso el Estado español, somos todos. Incluidos los catalanes y también la Cámara”, señala Rivadulla.
Lo que pide Empresarios de Catalunya, a través de esas dos cartas, es saber si la posición de Canadell supone o no un delito, y, en cualquier caso llama a la Generalitat y a la propia Cámara de Comercio a tomar cartas en el asunto, a través de sus órganos jurídicos correspondientes. La pretensión, de hecho, es que no forma parte del paisaje como algo ‘normal’, que no se pueda naturalizar esas presencias mediáticas de Canadell sin que tengan ningún efecto.