El líder del PP, Pablo Casado, afronta una nueva semana. Y necesita que sea muy diferente a la anterior. El fracaso ha sido manifiesto. Su entorno lo admite. Quiso rechazar la cuarta prórroga del estado de alarma, para dar un fuerte golpe al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y se sorprendió él mismo votando una abstención porque no tuvo argumentos para hacer otra cosa. Casado, que tiene un claro objetivo: que Sánchez no salga vivo políticamente de la crisis del Covid-19, se la juega ahora con Ana Pastor, que formará parte de la comisión parlamentaria para la “reconstrucción”.
Es un gesto que el Gobierno valora, porque la otra opción que se manejaba era la de Cayetana Álvarez de Toledo, la portavoz del PP en el Congreso, y uno de los puntales de Faes, la fundación que preside José María Aznar, y que presiona a Casado para que ejerza una oposición letal contra Sánchez. Casado intentará ahora la vía de Ana Pastor, una dirigente –expresidenta del Congreso—de la vieja guardia de Mariano Rajoy, y que tratará de llegar a acuerdos posibles con el Gobierno y el resto de la oposición.
Cuando deciden "arrimarse"
Sin embargo, eso no reducirá por completo la intención de Casado de herir en lo posible al Ejecutivo de coalición que preside Sánchez. Su voluntad es llevar al Gobierno a la Fiscalía por la falta de material a los sanitarios. Es la vieja estrategia del PP de judicializar la política, que no piensa abandonar. Y responde a la convicción de Casado de que el análisis de Faes puede ser el más adecuado.
De hecho, la reacción de Faes tras el apoyo de Ciudadanos a la cuarta prórroga del estado de alarma fue furibunda: “Cuando la recomendación esencial para no contagiarse es mantener las distancias, deciden arrimarse”, se señalaba en un suelto con el ilustrativo título de La rana y el escorpión”.
Alternativa tecnocrática
En paralelo, Pablo Casado recibe la presión del presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, que desea una buena sintonía con el Gobierno, una coordinación que facilite la buena gestión de las distintas fases de la desescalada de la pandemia. De su éxito dependerá, en parte, su resultado en las elecciones gallegas, que podrían llegar en julio, como las vascas, aunque Nuñez Feijóo no fue tan hábil como el lehendakari Iñigo Urkullu en la redacción del decreto de convocatoria, y podría demorar la llamada a las urnas. En la misma línea de Feijóo está también el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Los dos rechazan la estrategia del acoso y derribo contra Sánchez de Casado. Y los dos muestran ahora el fracaso de esa apuesta exhibiendo la imagen de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, elegida por Casado.
Ante esa situación de bloqueo, ¿qué puede hacer Casado? El politólogo Manuel Arias Maldonado señala una posibilidad: “Debería articular una alternativa, si la ve necesaria, en un tono tecnocrático y dando tiempo necesario al acuerdo, para evitar vacíos jurídicos o la amenaza de que los haya, sin dejar de señalar la ironía de que Sánchez no obtenga el apoyo de quienes lo invistieron dos veces”.
Es decir, una crítica a Sánchez, por no disponer ahora de los socios que le posibilitaron la investidura, pero “con alternativas”, que el PP no presenta.
La Ley de Salud Pública
Sin embargo, en el entorno de Casado sí se señala que esas alternativas existen, y que la propia figura de Ana Pastor podría difundir a partir de esa comisión parlamentaria. Una de las ideas es acogerse a la Ley General de Salud Pública, de 2011, en la que se fija la necesidad de ofrecer la total transparencia sobre las personas expertas con las que colabora la administración. ¿La apuesta? Dureza, con argumentos, con guantes de seda.
Es decir, el PP presentará ahora una dura batalla por el asunto del comité de expertos que asesora sobre la desescalada, que no se ha hecho público. “A estos efectos, será pública la composición de los comités o grupos que evalúen acciones o realicen recomendaciones de salud pública, los procedimientos de selección, la declaración de intereses de los intervinientes, así como los dictámenes y documentos relevantes, salvo las limitaciones previstas por la normativa vigente”, señala el artículo 11 de dicha ley.
El politólogo Juan Rodríguez Teruel tiene claro, sin embargo, que Casado necesita noquear lo antes posible a Pedro Sánchez. En la medida que el presidente del Gobierno salga adelante, aunque renqueante, las posibilidades del líder del PP se irán reduciendo, con una oposición interna que será cada vez mayor: “A Casado le interesa más crítica que lealtad, tratando de acelerar los tiempos y hacer evidente lo antes posible las contradicciones en el gobierno de Sánchez. A la espera de que la crisis económica le remate”, señala Rodríguez Teruel, en alusión a la otra esperanza de Casado: que la ayuda europea sea rácana y que el Gobierno español no pueda superar una crisis económica sin precedentes.