Los reproches y el enfrentamiento constante del presidente de la Generalitat Quim Torra contra Pedro Sánchez causa perplejidad entre diferentes exdirigentes políticos. Uno de ellos es Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno, en la etapa de Felipe González. Su idea de Torra es diáfana: “Ya no hay adjetivos con el señor Torra. Es grotesco. Es una cosa pintoresca”.
Guerra considera que el independentismo en estos momentos ha perdido el norte, al considerar que representa “optar por opciones que no tienen salida en el país”. Sólo se podrá encauzar cuando el movimiento independentista “diga la verdad, y es que no va a haber independencia de Cataluña”. Volver o pedir que se recupere la mesa de negociación con el Ejecutivo español “no son más que florituras de políticos y un burladero de no saber qué hacer”.
El independentismo "no tiene medida"
Guerra ha sido severo, en todo caso, con los dirigentes independentistas, los miembros del Govern de Torra, como Meritxell Budó o Miquel Buch, que señalaron que en una Cataluña independiente se hubiera gestionado mejor la crisis del Covid-19, y se hubieran evitado “muertos”. A juicio de Guerra, se trata de “delitos moralmente condenables, y los independentistas han jugado con los valores que afectan a los españoles y a los catalanes. No tienen medida, dicen esas cosas y se quedan tan frescos”, ha sentenciado.
En una entrevista en Ràdio 4, Alfonso Guerra se ha referido, sin embargo, al papel de Pablo Iglesias, que ocupa el mismo cargo que Guerra en los ejecutivos de Felipe González. A su juicio, Iglesias no tiene una gran influencia en el Gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de que esa presencia es la que crítica con fuerza la derecha española.
Las quejas de Casado
A juicio de Guerra, Pablo Iglesias “para el papel que está jugando no tiene la menor importancia, parece que no es muy importante”. El problema, en los próximos meses, según el exvicepresidente del Gobierno, es que un ejecutivo de coalición podría entrar en serios problemas, y la razón es que “tiene un componente ideológico más que de gestión, como consecuencia de la moción de censura”, es decir, de cómo accedió al poder Pedro Sánchez y con qué socios contó, en ese momento, y después, en la investidura tras las elecciones generales.
Pero, lejos de criticar a Pedro Sánchez, Guerra ha acusado al líder del PP, Pablo Iglesias de quejarse por la ausencia de llamadas del presidente del Gobierno en un momento de extrema gravedad. A su juicio, algunos dirigentes “no han comprendido la amenaza”, en alusión a Pablo Casado, y a la pandemia del coronavirus. “Dicen que se enteran por los medios, pero no es verdad. Cada día hay expertos que dan cuenta de la situación, y en condiciones normales esa queja –la de no llamar—puede tener alguna importancia, pero en estas no la tiene”.