El alcalde de Sant Vicenç de Montalt, un 'sheriff' contra los 'forasteros'
Los no residentes en el municipio barcelonés que se instalaron en él antes del estado de alarma acusan al alcalde, Javier Sandoval, de tratarles como sospechosos de cometer una ilegalidad
11 abril, 2020 18:46El incumplimiento de las medidas de reclusión ordenadas por el Gobierno con motivo del estado de alarma están siendo un quebradero de cabeza para las autoridades. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, junto a las autonómicas y locales, ponen todo su empeño en perseguir a los insolidarios que se saltan el encierro.
Sin embargo, en algunas ocasiones ese celo traspasa los límites de lo razonable. Es el caso de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona), cuyo alcalde, el socialista Javier Sandoval, se ha erigido en una suerte de sheriff local que ha lanzado una campaña de asedio contra todos los forasteros.
Instalados antes del estado de alarma
Desde la declaración del estado de alarma, el primer edil de la localidad ha alardeado de ser uno de los más severos a la hora de perseguir a aquellos que se saltaban la reclusión y se iban a las segundas residencias, que abundan en ese municipio.
El problema es que --según ha podido comprobar Crónica Global-- muchos de ellos se instalaron en el pueblo antes de la entrada en vigor del estado de alarma y tienen todo el derecho a pasar el encierro allí sin ser considerados sospechosos de cometer alguna ilegalidad pese a no estar empadronados.
"Persecución" por ser de fuera
Uno de los afectados, que prefiere mantener el anonimato, relata a este medio la "persecución" a la que dice estar sometido por ser de fuera del municipio.
"En el pueblo nos conocemos todos. Apenas hay 6.000 habitantes y los que tenemos una segunda residencia aquí no pasamos desapercibidos. Si salimos a comprar comida --una vez cada varios días, como nos permite el estado de alarma-- o a tirar la basura, nos para la policía y nos trata como si fuéramos delincuentes. Si ven que no estamos empadronados nos sancionan o nos amenazan con hacerlo", señala.
Sospechosos habituales
Otra vecina explica que su familia --tiene marido y una hija pequeña-- se trasladó desde Barcelona --donde residen habitualmente-- a Sant Vicenç de Montalt el viernes 13 de marzo, como hicieron otros muchos cuando el presidente del Gobierno avanzó que al día siguiente decretaría el estado de alarma durante dos semanas.
"La Generalitat había suspendido las clases de la niña el jueves, así que decidimos instalarnos en la torre [como se denomina en Cataluña a los chalets utilizados como residencias de veraneo]. Y ahora la policía local nos trata como sospechosos, cuando el decreto deja muy claro que lo que no se puede es cambiar de domicilio durante el estado de alarma, pero permite residir en la segunda vivienda si estabas allí establecida cuando aquel entró en vigor, como es el caso de muchos vecinos del pueblo", subraya.
Ensañamiento: más de 80 denuncias
El ayuntamiento de Sant Vicenç de Montalt es uno de los que más ha extremado las medidas contra la llegada de no residentes durante el estado de alarma. El día 29 de marzo, cortó la mayoría de las calles de acceso al municipio para cazar a los irresponsables que incumplían la ley.
En los últimos días, el alcalde ha presumido de "intensificar la vigilancia a pie por el espacio público" para evitar "desplazamientos inadecuados", lo que ha dado como resultado más de 80 denuncias. Pero los forasteros instalados en sus segundas residencias en el municipio desde antes de la entrada en vigor del estado de alarma denuncian que la policía local se está ensañando con ellos de forma desmesurada e injustificada.