La Diputación de Barcelona ha recibido una nueva remesa de material sanitario de protección para el coronavirus SARS-CoV-2, para distribuirlo en los municipios de la zona. El objetivo es hacerlo llegar a los ayuntamientos para que lo distribuya a los trabajadores municipales de servicios esenciales.
El ente supramunicipal ha dado a conocer este lunes la recepción de 200.000 mascarillas de protección, 10.000 batas, 1.000 gafas y 200.000 guantes, procedentes de China. En un comunicado, y para evitar acusaciones, el organismo subraya que toda la partida cuenta “con el correspondiente certificado de garantía"
Recepción
La misma presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, ha visitado este lunes el almacén que la corporación tiene en el polígono la Ferreria de Montcada i Reixac para comprobar la recepción del material.
La también alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat remarca la importancia de la nueva remesa ya que asegura que casi todos los ayuntamientos de la provincia de Barcelona requieren esos equipos. "Nuestro objetivo es hacer llegar material a todo el que lo haya solicitado a medida que este vaya llegando", asegura.
Trabajadores necesitados
Los consistorios lo entregarán a empleados de servicios esenciales: policía local, atención domiciliaria, brigadas de limpieza, personal funerario y protección civil, entre otros. Todos ellos, insisten desde la Diputación requieren Equipos de Protección Individual (EPI) para que puedan ejercer su trabajo de manera segura.
Un personal municipal que también requiere de este material son los centros residenciales RESPIR para estancias temporales de personas mayores, así como las unidades móviles del Servicio Local de Teleasistencia, y otros departamentos.
Pruebas de detección
Esta partida se suma a los 7.000 kits de detección rápida de Covid-19 que recibió la Diputación de Barcelona el pasado lunes y que también se han distribuido entre los ayuntamientos de la demarcación. Una remesa que no estuvo exenta de polémica.
Tal y como pudo conocer Crónica Global, la Generalitat reclamó los test encargados por el ente supramunicipal para, supuestamente, centralizar su distribución. Asimismo, el Govern trató de frenar el envío de estas pruebas con la excusa de que no habían pasado los controles necesarios, cuando en realidad habían sido avaladas por el Hospital de Bellvitge (L’Hospitalet) y el Hospital Sant Joan de Déu de Martorell.