El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha exigido a las comunidades autónomas, la “máxima transparencia” en la gestión de las residencias de ancianos, porque se han convertido en uno de los focos más agudos de incidencia del coronavirus. En Cataluña el debate ha explotado, con una polémica entre el Ayuntamiento de Barcelona y el Govern de la Generalitat. Josep Maria Via, expresidente del Parc Salut Mas, exdirectivo del Institut Català de la Salut y del Servei Català de la Salut, y ahora asesor de la presidencia de la Fundación Edad y Vida, tiene claro el problema: “Salut debe coger las riendas de la gestión de las residencias”.
En una conversación con Crónica Global, Via, que fue la mano derecha del exconsejero Xavier Trias, como secretario del Govern y de relaciones con el Parlament, entiende las palabras del consejero de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, Chakir El Homrani cuando ha señalado que las residencias no estaban preparadas para el coronavirus. “No es que no lo estén para el coronavirus, es que las residencias no están preparadas ni fueron pensadas para las enfermedades”.
El modelo debe cambiarse
¿Entonces qué ha pasado? ¿Por qué mueren tantos ancianos en las residencias por el virus? La respuesta de Via es que el departamento de Salut “debería tomar las riendas cuanto antes, porque lo que se ve ahora es que el departamento de Asuntos Sociales dispone de unos edificios pero no tiene competencias sobre la salud de los enfermos, y lo que necesitan todas esas personas es atención médica”.
El departamento de Trabajo y Asuntos sociales ha actualizado los datos de los últimos fallecidos en las residencias, que ya asciende a 702 personas. A juicio de Via lo que ocurre es que muchos de esos ancianos tienen “enfermedades crónicas, que van pasando en las residencias, pero todo el problema aflora ahora con el coronavirus, y se ve que se debería plantear otro modelo”.
Dos departamentos de ERC
Una de las soluciones pasa por los centros “sociosanitarios” que existen en Cataluña, en Madrid, en el País Vasco y Navarra, y en menos cuantía en el resto de la geografía española. La cuestión es que en Cataluña las residencias de ancianos no disponen de material médico “porque no son hospitales”. Ahora bien, cuando se le pregunta a Via, que conoce a la perfección el sistema sanitario, que la urgencia reclama actuar con la mayor celeridad, como le ha pedido la alcaldesa Ada Colau a la consejera de Salut, Alba Vergés, entonces responde con claridad: “En un momento como éste es Salut quien debe intervenir, en coordinación con Trabajo y Asuntos Sociales, pero es una cuestión del sistema de salud”.
Se trata de una dicotomía que vive el gobierno catalán, con dos consejeros que son del mismo partido, de Esquerra Republicana. Cuando pase la emergencia y se pueda detener la pandemia del coronavirus, Josep Maria Via entiende que “se debería replantear ese debate, porque los trabajadores sociales cumplen con un papel muy importante, pero deben ser complementarios cuando se trata de problemas médicos”.
La ley de Zapatero
Es lo que el Govern de Quim Torra no ha sabido ver, hasta el punto que el propio Torra se ha disculpado por la “mala gestión”. No se trata de problemas de comunicación, se considera, sino de la propia gestión de centros que en ningún momento estuvieron pensados para tratar enfermedades, aunque nadie pudiera pensar en una pandemia como la del coronavirus.
Una de las claves, a juicio de Via, es la Ley de Salud Pública del Gobierno de Rodríguez Zapatero de 2011 que no se acabó de desarrollar con los gobiernos posteriores. Se trataba de ofrecer más apoyo a la atención primaria y a los sociosanitarios.
Via responde también sobre su gestión en la empresa Logaritme, de la que dio cuenta Crónica Global. Se trata de una empresa pública que centralizaba la compra de material. “A veces hay animadversión a compras centralizadas, porque cada uno desea hacer sus propias compras y eso lo vivía también en el Hospital del Mar, pero no se trata de opacidad, sino de operatividad. Cuando eso se produce se generan molestias, y lo vemos a nivel más grande con la decisión del Ministerio de Sanidad, y en otra escala más pequeña en Cataluña cuando se producían esas compras”, señala Vía en relación a Logaritme.