Lo venía advirtiendo en las redes sociales y en una carta al consejero de Interior, Miquel Buch: “¿Por qué siguen dejando salir de Barcelona a los de la segunda residencia en el Maresme. ¿Pueden hacer controles? Si no puede, ¿puede enviarme diversas patrullas de Mossos de Barcelona para hacer controles en mi municipio? ¿Nos ponemos las pilas desde el Govern?”
Es Javier Sandoval (PSC), alcalde de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona), quien ante el flujo de propietarios de segunda residencia que se salta el confinamiento, ha optado por una medida extrema: cortar las calles de acceso al municipio a partir de hoy de forma que, el miércoles, solo quedarán dos entradas y dos salidas, para facilitar así el trabajo de los controles policiales.
Así lo ha explicado a Crónica Global el primer edil de este municipio del Maresme, uno de los más ricos de España --medido en renta de sus censados-- y con más volumen de segundas residencias. Los Mossos establecieron controles en la autopista del Maresme, a la altura del peaje de Premià de Mar, ayer sábado “cuando ya no hay desplazamientos, se necesitan los viernes al mediodía y por la tarde. Hoy y mañana lunes son necesarios para el regreso”.
"Medidas que no son populares"
Se trata de una medida que, al igual que otras adoptadas por el ayuntamiento, “no es popular”, según admite Sandoval en un vídeo, en el que insta a sus vecinos a ser solidarios y lanza un ruego a los barceloneses que tienen segunda residencia en Sant Vicenç. “Sé que a la gente de Barcelona os gusta mucho nuestro municipio, pero ¿no podeis esperar un mes?”
Sant Vicenç también ha limitado a 15 minutos los paseos de los perros. “Ahora no toca socializar”, dice en el vídeo, en el que, además, denuncia que hay vecinos que van al supermercado constantemente. “Os pido colaboración, las medidas no van en contra de nadie”.