No fue un discurso improvisado, sino preparado y leído. De ahí la perplejidad y la indignación que suscitaron ayer las declaraciones de la alcaldesa de Vic (Barcelona) y diputada de Junts per Catalunya (JxCat), Anna Erra, quien en sede parlamentaria se refirió al aspecto físico de los "catalanes autóctonos" e hizo un llamamiento a hablar en castellano a las personas de origen extranjero.
Erra, que forma parte del núcleo duro de Carles Puigdemont, se une a la galería de dirigentes neoconvergentes que, como Quim Torra, Meritxell Budó y Mariàngela Vilallonga, han traspasado la barrera del nacionalismo para sumergirse en posturas xenófobas y supremacistas. Pero el caso de Erra es especialmente grave y peligroso, pues gobierna la ciudad donde nació Plataforma per Catalunya, el embrión de Vox.
Así lo subraya la diputada y líder del PSC en la comarca de Osona, Marta Moreta, quien ha anunciado que su partido presentará iniciativas municipales para reprobar a la alcaldesa, que a su vez fue investigada por el mensaje difundido diariamente por la megafonía de su consistorio, mediante la cual se insta a los ciudadanos a trabajar por la independencia de Cataluña. El caso fue finalmente archivado.
PSC y Ciudadanos toman medidas
“Sus declaraciones están fuera de lugar, son supremacistas. Debería retractarse y admitir que se ha equivocado. La conozco, la vi nerviosa en su intervención, pero no puede alegar improvisación”, explica Moreta.
En las últimas elecciones municipales, JxCat absorbió el 20% del voto de Plataforma per Catalunya en Vic. Este partido ultra y xenófobo no logró dar el salto al Parlament, pero logró representación en 40 ayuntamientos en los comicios locales de 2011.
Por parte de Ciudadanos, la diputada Sonia Sierra fue muy crítica con la creencia de la alcaldesa "en una raza catalana" y hoy interpelará al Govern al respecto en el Pleno del Parlament. En paralelo, Cs ha pedido al presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent, que condene la utilización de “expresiones supremacistas y racistas”, y ha presentado una propuesta de resolución para evitarlas en el hemiciclo.
En sede parlamentaria
Las polémicas palabras de Erra fueron pronunciadas en la sesión de control celebrada en la Cámara catalana, donde la alcaldesa preguntó a la consejera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, por el programa No cambies de lengua, en el que se anima a los catalanohablantes a no utilizar el castellano con personas foráneas.
Se da la circunstancia de que la propia consejera habló de “raza catalana” en un concurso sardanista en septiembre de 2019. Luego pidió disculpas. Anna Erra también lo hizo tras la tormenta política generada, aunque de forma muy tibia.
El presidente Quim Torra también tiene un pasado supremacista, pues es autor de textos del tipo "España ha sido esencialmente un exportador de miseria, material y espiritualmente. Todo que los españoles han tocado se ha convertido en una fuente de discriminación racial, desigualdad social y en desarrollo. La patria siempre terminaba devorando a sus propios hijos y los dejaba con la peor herencia: una identidad deformada, una memoria erradicada y un trastorno mental".
Por su parte, Meritxell Budó, consejera de Presidencia y portavoz del Govern, abroncó a un concejal por hablar en castellano a los andaluces cuando era alcaldesa de La Garriga (Barcelona). Más recientemente, se negó a responder a preguntas en castellano en una rueda de prensa posterior al Consell Executiu si previamente no habían sido formuladas en catalán.
Críticas de entidades sociales
El presidente de Impulso Ciudadano, José Domingo, considera que las declaraciones de la alcaldesa “la inhabilitan para hablar de convivencia. Da un mal ejemplo, pero su pensamiento es el de Torra y el de tantos otros independentistas. Lo procedente es que su partido le pida la dimisión. Su racismo lingüístico le delata. Es una hispanofóbica”. Sin embargo, Domingo no cree que Junts per Catalunya adopte medidas porque “a los nacionalistas esas declaraciones les parecen normales. Para los demócratas europeos son un escándalo”.
La lingüista y escritora Mercè Vilarrubias cree que hace tiempo que se vienen produciendo estos comentarios de tipo “supremacista y xenófobo”. El hecho de que ahora “se sumen cargos de responsabilidad" como la alcaldesa de Vic o la consejera Budó “forma parte de la agresividad general y de una cierta frustración”. Sin embargo, considera “no es malo que esto ocurra, pues está saliendo de forma explícita aquello que estaba latente y subyacente en el enfoque lingüístico. Antes podían decir que la inmersión era útil para la cohesión social y la igualdad de oportunidades, que no se discriminaba a nadie etc. Pero a partir de Koiné (el manifiesto de un grupo de lingüistas a favor de que el catalán sea la única lengua oficial en Cataluña) la cosa se desata y es una constante. Hace poco, Santiago Espot hablaba de si las cuidadoras torturaban a las ancianas porque les hablaban en castellano. Es una política xenófoba que viene de la época de Pujol”.
Para Ana Losada, presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), “es muy grave que en sede parlamentaria se afirme que los catalanes tienen un aspecto físico y acento determinado, y dar por supuesto que el castellanohablante no es catalán autóctono”. Afirma que “el nacionalismo insiste en que el catalán es la única lengua de los catalanes y el castellano es impropio. Supremacismo”.