El diario The Washington Post ha dedicado un artículo, firmado por George F. Will, a la situación política que se vive en Cataluña, en el que se tacha de "ficción y paranoia" el empeño soberanista y el alto precio que conlleva: "Es el coste de las mentiras utilizadas para fabricar quejas".
Will considera que la "demagogia" que usa el independentismo catalán "despierta las pasiones y anhela destruir una nación", y refleja la ilegalidad del referéndum de 2017 "organizado por los secesionistas catalanes" sin contar con el Estado. Además, hace un relato desde que se produjera, con la mención a que "algunos políticos están ahora en la cárcel o en el exilio para evitar un juicio".
"Continuarán alimentando ficciones"
Will se refiere al referéndum ilegal como un acto entusiasta del independentismo respaldado "por el 90% de los votantes" y lo compara con las elecciones del 10 de noviembre, en las que "solo el 42,5 por ciento de los catalanes apoyó a los partidos independentistas".
Apunta igualmente que, sin embargo, "los líderes secesionistas continuarán alimentando ficciones", como que los catalanes tienen más "proximidad genética" con los franceses que con los españoles, que "Madrid nos engaña" y "estrangula a Cataluña" e incluso que el hecho de que hubiera "cinco catalanes" en la selección española que ganó el Mundial de fútbol en 2010 atendió a "un complot para placar la independencia catalana al inspirar el sentimiento nacional".
La televisión pública favorece la causa
El artículo cita que incluso los independentistas, en su afán por tergiversar la realidad, han cambiado el concepto de la Guerra Civil española, que ven como "un conflicto regional entre España y Cataluña" sin atender a más aspectos como el fascismo o el comunismo. Igualmente cita que la televisión pública catalana favorece la causa indepe abiertamente y que la Educación está excluyendo el español de las escuelas a marchas aceleradas.
Con esta descripción de lo que ocurre en Cataluña, George F. Will, que firma su artículo desde Barcelona, se plantea irónicamente que los catalanes separatistas deberían "estudiar el primer discurso inaugural de Abraham Lincoln, pronunciado después de que siete estados votaran para separarse", no sin también incidir en que Cataluña jamás fue una nación soberana. The Washington Post cita a la Constitución para referenciar el carácter "indivisible" de España, que contrapone con el sentimiento secesionista de una minoría dentro del conjunto de todo el país.