Habla un dirigente crítico del PPC: “A Cayetana se le puede criticar por muchas cosas, pero hacerlo por los apellidos y el lugar de nacimiento es una barbaridad propia de los nacionalistas”. Se refiere a las polémicas declaraciones del líder del partido en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, quien el pasado martes aseguró que la elección de  Cayetana Álvarez de Toledo como cabeza de lista del PP por Barcelona en las elecciones generales fue un error. Y abundó en el argumento: "Los catalanes queremos gente de casano que vengan de fuera".

¿Cuestionaba el talante identitario de una parte de la sociedad catalana? ¿Criticaba la estrategia electoral de su partido? Bou mantiene el mutismo tras la tormenta que generaron sus manifestaciones, tanto a nivel mediático como interno. La cúpula popular catalana, con Alejandro Fernández al frente, también ha enmudecido. Fue su gran apuesta por Barcelona y le salió bien ya que, en una situación de crisis y contra todo pronóstico, los populares obtuvieron dos concejales. El candidato independiente, expresidente de Empresaris de Catalunya, hizo una campaña muy personal, como corresponde a un verso libre. Se jactaba de ello y creó empatía entre un votante conservador ávido de aire fresco.

Bou, ¿en el alero?

Sin embargo, esa heterodoxia se ha convertido ahora en un arma de doble filo. Y tras ese silencio oficial, se cuece un cisma en el partido que incluso podría pasar por el adiós de Bou.

El líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou (d) / TWITTER

“Hace tiempo que hay mal rollo con Bou. De hecho, que Óscar Ramírez (concejal y militante del PP en Barcelona) y Bou casi no se dirigen la palabra es un secreto a voces en el ayuntamiento, cada uno va por su lado”, explican fuentes de la formación. 

La desconexión de Cayetana

A esta situación se une el hecho de que Álvarez de Toledo no haya establecido sinergias con el grupo parlamentario catalán.

“Alejandro apoya a Cayetana, que comparte con Bou su condición de independiente. Algo que nunca ha gustado en el partido”, añaden esas fuentes. La militancia más veterana del PPC lamenta haber quedado relegada en las candidaturas. Si a eso se une el abandono territorial que los sectores más críticos reprochan a Fernández y Daniel Serrano, secretario general del PPC, es obvio el malestar existente. Y el caso Bou no ayuda.

Cercado

“Somos cuatro gatos y encima nos matamos. A los actos de partido van cuatro personas y no se hace nada para dinamizarlo y traer o recuperar gente. El comportamiento de Bou y de Álvarez de Toledo, y la desidia de la dirección, hace que entre los nuestros exista rechazo”, explica otro dirigente de la formación catalana.

En el PP existe la sensación de que Josep Bou no tardará en solar lastre del partido porque “sabe que hay mucha gente dentro que va a por él y no está dispuesto a dejarse avasallar”, explican desde la dirección del PPC. Bou (Vic, 1955), que ostenta el título militar de Caballero Legionario Paracaidista, no necesita vivir de la política, pues es dueño de una empresa panadera.

Más fuera que dentro

Antes de su regreso a la empresa privada, con un posible paso por el grupo mixto del ayuntamiento --sería el segundo mandato con concejales con esta condición, tras los casos de Gerard Ardanuy (Demòcrates) y Juanjo Puigcorbé (ERC)--, Bou puede morir matando. "Es lo que quiere", entienden voces cercanas a la formación. Según las fuentes consultadas, el concejal y empresario "no gusta ni a los que le auparon en Urgell (por el nombre de la calle en la que se sitúa la sede del PP) ni a los que dijeron que su elección era un error desde el principio. Está solo", insisten.

Josep Bou, presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, en una imagen anterior / EFE

Lo que es más, el consenso ahora parece ser lanzar a Óscar Ramírez, su número dos en el Ayuntamiento. "Nadie se acuerda de que Bou prometió sacar cinco concejales y se quedó en dos", lamentan otras voces. Los mismos círculos aseguran que si sigue como concejal del PP "es porque se quedaron con dos en las elecciones municipales, no con tres. Un concejal más y ya se habría expulsado al cabeza de lista. Estaría en el grupo mixto y el PP, con dos". Este escenario lo apuntó LaPolíticaonline esta semana.

Cónclave en Madrid

En este tablero con fuertes corrientes de fondo, se destaca desde el entorno popular que Bou acudió a la reunión de la junta directiva del PP en Madrid esta semana. ¿Qué se le dijo allí? "Que sus palabras fueron un error y que hay que encontrar una solución a la situación del partido en Cataluña", indican.

Dicha solución se impone ante la ruptura en el seno del grupo municipal del PP en Barcelona, sino por extensión, en el mal clima que está creando la situación en la formación. "El jefe municipal no fue ni a la cena de Navidad del partido. Ni se presentó. Y lo que es más: hubo gente que se congratuló de que Bou no viniera, pensando que era lo mejor", apostillan. Todo un cisma en el partido.