El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha respondido mediante una carta a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, en la que afirma que no puede aceptar “ninguna petición que lleve a más referéndum de independencia” ya que, considera, realizar una segunda consulta solo contribuiría a perpetuar “el estancamiento de la política escocesa”.
El pasado mes de diciembre, Sturgeon escribió a Johnson pidiendo iniciar las negociaciones para la transferencia del poder para celebrar un plebiscito puesto que, para celebrar un referéndum, es necesario el consentimiento del gobierno del Reino Unido. Todo ello a raíz de la aplicación inminente del Brexit. Sin embargo, se ha encontrado con la negativa de Londres.
Johnson, rotundo
El primer ministro británico recordó a Sturgeon la celebración del referéndum de 2014, en la que los escoceses votaron permanecer en el Reino Unido, y que tanto ella como su predecesor prometieron que el voto sería "uno en una generación".
“No puedo aceptar ninguna solicitud de transferencia de poder que conduzca a más referéndum de independencia. La celebración de otro más continuaría con el estancamiento político que Escocia ha vivido en la última década... Es hora de que todos trabajemos para unir a todo el Reino Unido”, escribió el mandatario.
¿Sonará el Big Ben?
En su primera entrevista tras su victoria electoral, concedida a la BBC, Johnson ha revelado que “prepara un plan” para conseguir que el Big Ben repique el 31 de enero para marcar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El famoso reloj se encuentra actualmente en obras, por lo que necesitaría reunir unas 500.000 libras (unos 582.000 euros) para habilitar el campanario con un suelo provisional y otras medidas de seguridad a fin de hacer funcionar la campana. Un coste complicado de justificar para una sola ocasión. Según la BBC, esto podría incluir una campaña popular de recaudación de fondos para reunirlos.
Johnson dijo también que considera “enorme, épicamente probable” lograr un buen acuerdo comercial con la UE dentro del plazo de negociación, a pesar de que siempre se debe estar preparado “para un fracaso total del sentido común”. Se mostró “muy, muy, muy confiado” en que será posible alcanzar ese consenso, y puntualizó que el objetivo no es tanto un pacto sino “construir una nueva gran asociación”.