Nada se ha roto. Al revés. El problema es cómo lograr un acuerdo que sea compatible con la idea de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) de iniciar una etapa “política” que la propia militancia independentista pueda asumir. Esquerra quiere llegar a un pacto con el PSOE que permita la investidura de Pedro Sánchez, pero antes deberá superar con éxito el congreso de este sábado, que llega en un momento de euforia para toda la dirección republicana, tras la decisión favorable a Oriol Junqueras por parte de la justicia europea, que le ha reconocido la inmunidad como eurodiputado.
“Vamos a seguir negociando, seguimos adelante”, señalan fuentes de Esquerra, que se aferran a las palabras del propio Junqueras y a sus mensajes, en los que defiende que “no se debe parar la negociación en ningún caso”, según una entrevista concedida a Catalunya Ràdio.
Una salida para el "conflicto político"
El Gobierno socialista en funciones se agarró a esas palabras porque, como admitió su portavoz, Isabel Celáa, no hay otro plan alternativo. No hay ninguna posibilidad, en estos momentos, de establecer una coalición con el PP, ni de acordar un plan de legislatura con Ciudadanos. El PSOE ha decidido esperar a ERC porque no tiene otra fórmula, pero también porque ha interiorizado que puede ser --aunque deba afrontar duras críticas políticas y mediáticas-- la única salida para canalizar el “conflicto político catalán”.
Los portavoces de Esquerra han iniciado un doble juego. Por una parte se han dirigido a los militantes independentistas, sabedores de que el congreso de este sábado es determinante para ver avalada la estrategia que se ha seguido en los últimos meses. Y para ello, la retórica es directa, agresiva, exigiendo al PSOE que haga gestos, que señale a la Abogacía del Estado para que pida la nulidad del juicio a Junqueras, con el argumento de que la decisión de la justicia europea, a través del tribunal de Luxemburgo, va en esa decisión. Pero ello no ha implicado romper ningún puente con el PSOE. Es más, los negociadores republicanos se encargaron durante todo el día de este viernes de enviar mensajes tranquilizadores, con un deseo, que expresa también la voluntad de llegar a un acuerdo, de que el PSOE sabrá reaccionar en la línea requerida.
Las alegaciones de la Abogacía del Estado
La misma ministra Isabel Celáa mantuvo la apuesta por una “línea política” que cobra más sentido, a su juicio, tras la decisión europea que beneficia a Junqueras. El argumento de los socialistas es que el Gobierno de Pedro Sánchez ha heredado un escollo judicial porque esa fue la apuesta del Ejecutivo de Mariano Rajoy, que no habría dado ninguna oportunidad a la vía política. Sin embargo, el Ejecutivo de Sánchez tampoco tiene una gran capacidad de maniobra.
Será el Tribunal Supremo quien decidida cómo aplica la sentencia del tribunal de Luxemburgo, y si deja en libertad o no a Junqueras mientras se tramita el suplicatorio en el Parlamento Europeo, que pueda levantar la inmunidad de Junqueras, y cumplir, por tanto, la sentencia con la que fue condenado tras el juicio oral del proceso independentista. El caso es que la Abogacía del Estado puede presentar alegaciones, y las presentará este lunes. Todo lo que salga de la Abogacía, que depende del Ministerio de Justicia, será analizado con lupa por Esquerra. Esas alegaciones se presentarán este lunes.
Una plataforma desde Bruselas
El precedente no es malo para los intereses de los republicanos. El pasado mes de junio, tras las elecciones europeas, la Abogacía del Estado pidió esa inmunidad para Junqueras, mientras que la Fiscalía pidió lo contrario, a las puertas de una sentencia sobre el caso del 1-O que llegaría el 14 de octubre. “El Gobierno no da instrucciones a la Abogacía”, señaló, tras el consejo de ministros, la portavoz Isabel Celaá. Pero puede orientar en el sentido en el que desea Esquerra y que, de hecho, comparte el PSOE: “Volver a la senda de la política”.
La decisión del tribunal de Luxemburgo beneficia a Junqueras, pero a corto plazo ha dado alas a Carles Puigdemont, que ya recibió este viernes una primera acreditación provisional como eurodiputado, junto a Toni Comín, que también será miembro de la cámara parlamentaria europea. Y eso para Esquerra supone un problema añadido: fuentes de Junts per Catalunya dan por hecho que podría ser candidato a la Generalitat. Puigdemont tendrá una enorme plataforma desde Bruselas, mientras que Junqueras puede seguir en prisión, porque el Tribunal Supremo podría interpretar que el líder de Esquerra está cumpliendo ya una condena que implica inhabilitación por cargo público.
La perplejidad del PP
Junqueras ha señalado que querría recoger el acta de diputado en Bruselas, al margen de que, tras un suplicatorio en la Cámara parlamentaria europea, volviera a prisión para cumplir su condena. Y, en todo caso, ello no sería el motivo para dejar de negociar con el PSOE. Todo dependerá, y se incide sobre ello, en las alegaciones de la Abogacía del Estado de este lunes, que puede orientar el camino “político” de la legislatura.
En el otro lado, la situación es de total perplejidad. La dirección del PP no esperaba la decisión europea, y lo que pide ahora es que el Supremo no decida la libertad de Junqueras. “Debe estar en prisión”, aseguró su líder, Pablo Casado. Lo que se intentará es convencer lo antes posible al Parlamento europeo para que agilice los trámites para el suplicatorio, y para ello se confía en conversaciones y contactos permanentes con los grupos más importantes de la Cámara, como el Partido Popular Europeo, donde se integra el PP de Pablo Casado.