Manuel Valls explora todos los caminos con prudencia, pero con una clara determinación: quiere contribuir a un cambio político en Cataluña, y para ello buscará el concurso del PP catalán y de Ciudadanos (Cs) para liderar una propuesta de centro que logre una representación en el Parlament y que evite un nuevo Gobierno independentista cuando se convoquen las elecciones catalanas. Todo ello será previo a cualquier intento de presentarse en unas hipotéticas nuevas elecciones al Congreso de los Diputados.
Hay diversos proyectos políticos, agrupaciones y asociaciones que pretenden el mismo objetivo. Pero ninguno de ellos, por ahora, presenta un dirigente de las características de Manuel Valls. La Lliga Democràtica, que impulsaron Astrid Barrio y Josep Ramon Bosch, todavía no ha realizado su congreso de constitución como partido político. En su seno alberga la formación que fundó Antoni Fernández Teixidó, Lliures, pero se está a la espera de configurar el proyecto para las elecciones catalanas.
Un millón de votos
En ese mismo espacio se sitúa Constitucionalistas, el partido que han registrado un grupo de exconcejales y exmilitantes de Ciudadanos, que buscan, precisamente, un líder como Manuel Valls para lograr el apoyo de todos los votantes de la formación naranja que se han quedado huérfanos, con una bolsa de votos que se calcula en un millón de sufragios.
Y también busca un hueco un grupo de exdirigentes del PDeCAT que no se sienten a gusto dentro de Junts per Catalunya, y que se constituyeron como grupo de reflexión en el Monasterio de Poblet, con el nombre de El País de Demà.
Autonómicas y generales
Sin embargo, el más convencido de lo que se puede hacer y de con quien se debe hacer es Manuel Valls. Su plataforma, Barcelona pel Canvi, ha modificado sus estatutos. Hasta ahora era un partido de ámbito local, para albergar al propio Valls y a Eva Parera, los dos concejales de esa plataforma en el Ayuntamiento de Barcelona, después de haberse desgajado de Ciudadanos tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo. Barcelona pel Canvi, ahora, como apuntan fuentes del partido, se podrá presentar en unas elecciones autonómicas, y también en las elecciones generales al Congreso y al Senado. “Si se cambiaba para las catalanas, se hacía también para las generales, pero la prioridad es el Parlament de Cataluña”, aseguran las mismas fuentes.
¿Con qué objetivo? Valls no quiere que le ocurra como en las municipales, y no entrará en una negociación con un partido para formar parte de las listas. Lo que intentará es un gran acuerdo con partidos consolidados, del ámbito constitucionalista, pero como candidato, y a partir de su propia plataforma política. Y los dos partidos elegidos son el PP, que dirige Alejandro Fernández en Cataluña, y Ciudadanos, cuya nueva líder es Lorena Roldán. “Sólo con esa suma de esfuerzos se puede conseguir el objetivo de entrar en el Parlament y de buscar acuerdos que dejen al independentismo fuera del gobierno de la Generalitat, o que, por lo menos, se constituya en la oposición un grupo constitucionalista fuerte, que, al mismo tiempo, pueda ser “constructivo”.
De hecho, esa es la característica que quiere imprimir Manuel Valls, que ha logrado un mayor impulso y una valoración social más alta tras la campaña electoral de las municipales y tras su decisión de decantarse por la alcaldesa Ada Colau, en contra del republicano Ernest Maragall. Es el ejemplo que el PSOE le recuerda ahora a Ciudadanos, para que Inés Arrimadas apostara por la investidura de Pedro Sánchez, aunque haya llegado a ese acuerdo de coalición con Unidas Podemos.
En manos del PSC
¿Pero si esa plataforma o acuerdo de Valls o con otros partidos tiene representación, qué pasa después? Con algunos contactos explorados, pero muy lejos todavía de concretar nada, los partidarios de Manuel Valls creen que todo pasará por el PSC y por la capacidad de los socialistas catalanes para facilitar gobiernos en un sentido o en otro. Sin embargo, el entorno de Valls cree que el PSC acabará facilitando un Gobierno autonómico con Esquerra Republicana. En ese caso, Valls buscaría hacerse fuerte en la oposición.
El grupo de Manuel Valls ha logrado importantes apoyos en las comarcas de Tarragona, en espacios cercanos a Ciudadanos que no entendían “la agresividad” del partido en aquel momento de Albert Rivera. Son, ahora, grupos de simpatizantes de Barcelona pel Canvi que organizan agrupaciones locales, y que pueden constituir, a lo largo del territorio catalán, una mancha de aceite, no muy numerosa, pero sí suficiente para que Valls se atreva a dar el salto y a presentar una candidatura, con el concurso del PP y de Ciudadanos.