El Síndic de Greuges paralizó un plan urbanístico en el municipio donde tiene un chalé. Rafael Ribó jugó un papel "crucial" o "muy importante", según la fuente, en la detención del Plan Director Urbanístico aeroportuario de La Cerdanya (PDUAC), que buscaba ampliar el aeródromo de Das (Girona). Tras un informe devastador de la oficina de Ribó, protagonista esta semana por sus declaraciones sobre la sanidad catalana, y la oposición de los ayuntamientos de la zona, el Govern retiró la macroobra.
La situación actual es la siguiente. El aeródromo de La Cerdanya, un miniaeropuerto local gestionado por el Aeroclub de Sabadell, busca desde hace años ampliar sus instalaciones. Precisa de la luz verde del Gobierno catalán por medio del Departamento de Territorio. Éste aprobó inicialmente la hoja de ruta en marzo. El documento espera ahora el sí de Territorio y del Ejecutivo de Quim Torra. Ello será fácil, pues el plan es muy respetuoso con el entorno. Rebaja la edificabilidad a menos del 30%, entierra los nuevos hangares de servicio y establece un cinturón verde de 25 hectáreas en torno a la instalación. Los ecologistas, representados por Ceretània, han presentado solo alegaciones relativas al control del ruido. No hay pues conflicto grave, aunque no siempre fue así. El plan anterior, mucho más expansivo, afectaba mucho más a la localidad de Das.
El Síndic presionó contra la obra
Es en este municipio donde Rafael Ribó, Síndic de Greuges o defensor del pueblo autonómico, tiene una segunda residencia. Veranea allí desde hace décadas, junto a lo más granado de la burguesía catalana, como Oriol Pujol Ferrusola (casa en Urús), Gerard Piqué, Sol Daurella y Carles Vilarrubí y Julia Otero (Bolvir de Cerdanya) o Susana Gallardo (Guils). En 2015 se activaron en Das todas las alarmas: el Govern aprobó un ambicioso plan para ampliar el aeródromo local y transformarlo en instalación para aviones de hasta 24 metros de envergadura. Cundió el pánico. "La gente me dijo que dejaría de comprar casas aquí, que se iría a otro sitio", explica un empresario local. Los alcaldes de este municipio y del vecino Fontanals de Cerdanya, se activaron. "Descubrieron irregularidades en el PDUAC y las denunciaron ante el Síndic", explica Frederic Abelló de la entidad ecologista Ceretània.
Dicho y hecho. Al contrario que con otros problemas que sufre la sociedad catalana, como las listas de espera quirúrgicas --a las que se refirió esta semana, para culpar a los pacientes del resto de España--, el Síndic de Greuges reaccionó con celeridad. Tardó cinco meses en elaborar un informe devastador contra la ampliación de la pista de aterrizaje. Pidió la oficina de Rafael Ribó la paralización de la obra y el estudio de los "posibles efectos ambientales y urbanísticos que puede comportar" [leer nota aquí], tal y como avanzó entonces El País. "Actuó en calidad de Síndic, no como propietario de una segunda residencia en Das", justifica un directivo afincado en el pueblo. Por su parte, los ambientalistas hacen hincapié en que el plan anterior "construía demasiado en una zona de La Cerdanya cuyo paisaje se mantiene: campos y el río Segre".
"El papel de Ribó fue muy importante"
Aquella ampliación nunca vio la luz. El entonces conseller de Territorio, Josep Rull, la dejó en un cajón tras el informe del Síndic. El Govern no la volvió a recuperar hasta el pasado año, cuando presentó una nueva hoja de ruta ante los primeros ediles de Das y Fontanals y el propio Ribó, explican desde la zona. Se recibió el vistobueno del "territorio", tal y como precisan fuentes cercanas, y el Ejecutivo catalán de Quim Torra procedió. Avaló la nueva intervención, mucho menos lesiva para el medio ambiente, en marzo. La expuso públicamente hasta julio y al criterio de los consistorios hasta octubre. "Ahora está en manos del Gobierno catalán. Solo falta el trámite de aprobarlo definitivamente, aunque nosotros estamos pendientes de las alegaciones sobre el ruido. Es cierto que se ha avanzado mucho con respecto a la ampliación anterior, pero la cuestión acústica nos preocupa", ha admitido Abelló.
Negro sobre blanco, los alcaldes de dos municipios de 224 y 445 habitantes consiguieron parar todo un plan urbanístico que promovía la Generalitat de Cataluña. Todas las voces consultadas indican el papel "crucial", según algunas, o "muy importante", según otras, que jugó el Síndic de Greuges, que tiene una segunda residencia en Das. Argumentan las voces consultadas que el defensor del pueblo autonómico actuó con la diligencia esperada por su cargo, pero a nadie se le escapa la concomitancia de intereses. Tampoco a PSC y PP, que criticaron en 2016 la intervención de Rafael Ribó por sus intereses inmobiliarios en la zona. El asunto llegó a debatirse en el Parlament. Lo cierto es que el plan urbanístico no vio la luz, el chalé del Síndic no sufrió la ampliación del aeropuerto y el resto de fortunas que veranean en la zona, tampoco.