Un diálogo entre Carlos Solchaga y Andreu Mas-Colell. En el Círculo de Economía, y con la intención de explorar alguna solución al problema catalán. Y una apuesta sin miedos, precisamente, por el diálogo, sin que “nadie deba acusar a nadie de traidor”. Esa es la posición de Solchaga, exministro de Economía en los gobiernos socialistas de Felipe González, partidario de establecer diferentes mesas de diálogo entre los diferentes actores políticos. “Debe haber varias mesas de diálogo si se salva la investidura”.
¿Cómo? Solchaga ha pedido que “haya coraje”, que la política española no esté condicionada por Vox, y que se no haga caso a los “inquisidores”. Una exigencia que reclama en la política española, pero también en la catalana, para que se aborde el problema catalán. Lo prioritario, sin embargo, para que todo ello pueda salir adelante, es que Esquerra facilite la investidura de Pedro Sánchez.
Sin posibilidad de una moción de censura
El argumento es que, después, ese diálogo será posible, aunque sea lento. Porque, para el exministro, hay una ventaja para la coalición de gobierno del PSOE y Unidas Podemos y es que “será extremadamente difícil una moción de censura, con la composición del Congreso, y por ello se tendrán cuatro años por delante”.
El encuentro en el Círculo de Economía, propiciado por el lobby empresarial junto a la Asociación de Periodistas Europeos y la Fundación Diario Madrid, y moderado por la periodista Lola García y Máriam Martínez-Bascuñán, ha mostrado una idea de fondo: “los moderados deben resistir y premiarán esas apuestas por el diálogo”, según Mas-Colell, que ha considerado que si se tienen esos cuatro años, “se podrá tener cuatro más”. El objetivo es que se puedan recomponer las cosas, de forma lenta.
No a la reforma constitucional
Solchaga ha señalado que esas mesas de diálogo se deben constituir en Cataluña, de forma interna, y en el “parlamento español”. Y también puede haber otra “entre gobiernos”. Todo ello, sin embargo, sin entrar en una posible reforma constitucional. Ni Solchaga ni Mas-Colell han pedido esa reforma. Para el exconsejero de Economía de la Generalitat, “no se debería abordar, porque no serviría una mayoría exigua en Cataluña, --teniendo en cuenta que se debería votar en referéndum por todos los españoles--.
El problema, para Mas-Colell, es el propio Tribunal Constitucional, no la Constitución. “Es la composición del Constitucional, con una actitud que se ha demostrado reaccionaria. Se dirá que se pide una politización, pero yo lo que digo que en la Corte Suprema, en Estados Unidos, todos son muy conscientes de que es una Corte política”. Eso, a su juicio, podría abrir nuevos caminos, desde la premisa de la propia Constitución, que distingue entre “nacionalidades y regiones”.
El diseño del AVE
Solchaga sí ha discrepado con Mas-Colell en los agravios económicos, al señalar que nunca, en ningún consejo de ministros y en la comisión de delegada de asuntos económicos “se ha intentado perjudicar a Cataluña o a Barcelona”. El exconsejero de Economía le ha reprochado que el AVE se diseñó para que “todas las capitales de provincia se conectaran con Madrid”.
Eso sí, el exministro dejó claro que, aunque tiene el carnet del PSOE y es "socialista", no cree que represente la voz del PSOE. "Tal vez le incomode lo que he dicho", ha señalado.