La campaña del Ayuntamiento de Barcelona con motivo del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Machista ha logrado mucha difusión. Pero no por el fondo del mensaje, sino por la polémica que han provocado las formas de transmitirlo.
Es cierto que, en el marco de esta campaña, el consistorio ha emitido diversos spots en catalán, algunos de cuyos protagonistas representan distintas situaciones con comentarios machistas mientras otros les reprenden por ello. Sin embargo, uno de estos vídeos ha hecho saltar las alarmas: los jóvenes que asumen una actitud de prepotencia respecto a las mujeres se relacionan entre sí en castellano, mientras el chico que les para los pies por sus palabras y sus hechos se dirige a ellos en catalán.
Traductor del catalán en TV3
Esta criminalización subliminal del castellano y de lo español no es nueva en Cataluña. Hace pocas semanas, la CUP también centró todas las miradas con motivo del vídeo de campaña del 10N. En él, los dirigentes cuperos se preparan para jugar su primer partido en Madrid y, casualmente, el único que se pronuncia en la lengua común es el lampista que aparece (interpretado, por cierto, por Sergi López, actor declarado independentista).
Ejemplos de estos hechos hay varios. No siempre el castellano sirve al nacionalismo para señalar a lo peor de la sociedad. A veces les basta con arrinconarlo. Situaciones curiosas las han vivido el exalcalde de Medellín (Colombia) Sergio Fajardo en Preguntes Freqüents (FAQS), de TV3, a quien la presentadora Laura Rosel se dirigía en catalán a pesar del desconocimiento que tenía del idioma el invitado; o Cayetana Álvarez de Toledo (PP), a quien la cadena pública ofreció un traductor de catalán.
"Unionismo" y machismo
Otra situación tensa se vivió recientemente en Extremadura, donde el Girona de Pep Lluís Martí jugó y venció ante el equipo local. En la rueda de prensa, algunos periodistas catalanes se dirigieron al técnico en esa lengua, y se negaron a cambiarla a pesar de las peticiones de los informadores locales, que sugerían el uso del idioma común.
Con todo, la estigmatización va más allá de la lengua utilizada. También incluye la ideología. TV3, sin ir más lejos, ha emitido algunos documentales que han levantado ampollas por la relación que hacía del "unionismo" --término cada vez más utilizado por el mundo nacionalista-- con la ultraderecha, por un lado, y con el machismo, por el otro. Incluso los niños que miran el Súper 3 han sufrido en alguna ocasión, sin darse cuenta, la manipulación. En la traducción al catalán de un capítulo de los Looney Tunes, la voz en off que leía un rótulo en el que aparecía “Spain” omitió la palabra “España”.
Español como insulto
En el apartado de declaraciones, el micrófono abierto jugó una mala pasada a la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, a las preguntas de la periodista Blanca Basiano. “Qué desagradable aquella periodista… ¿de qué medio era? La morena… la española esta. Qué pesada, qué pesada. No te voy a dar el titular que quieres, borde”, comentó sin saber que todo el mundo la escuchaba. La informadora declaró posteriormente a Crónica Global que “quieren convertir ‘español’ en insulto”.
Una de sus antecesoras en el cargo y posterior presidenta del Parlament, Carme Forcadell, expuso en su día que el PPC y Cs no son catalanes, sino que se refirió a ellos como partidos “españoles” en Cataluña. Deslizó que sus votantes tampoco son catalanes, y quienes sí lo son (según sus parámetros) iban a lograr la independencia de la región.
Las bestias de Torra y el bilingüismo franquista
Todo ello sin olvidar los artículos del presidente catalán, Quim Torra, en los que se refería a los españoles como “bestias”, o el veto que ha impuesto el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, al castellano. Considera que el “bilingüismo es una consecuencia del franquismo”.