Pedro Sánchez, al grito de “presidente, presidente”, pero ya con otro tono, en la sede del PSOE, aboga ahora por la constitución de un gobierno “progresista”, que ya no excluye a ningún partido, salvo a Vox, salvo a los que “siembran la discordia”.
Sánchez se ha mostrado claro para esforzarse ahora en buscar una salida al bloqueo de la legislatura, con la idea inicial de explorar un acuerdo “progresista”. Eso le acercaría a Podemos y a Pablo Iglesias. Sin embargo, esta vez, a diferencia del 28 de abril, el líder del PSOE ha tenido buen cuidado de descartar otras opciones.
Pedro Sánchez después de los resultados del 10N / EUROPA PRESS
¿Con Casado?
Aunque los militantes, no muy numerosos frente a la sede del PSOE, gritaban “con Casado, no”, mientras que otros silenciaban ese latiguillo como el “presidente, presidente”, Sánchez ha señalado que hará un llamamiento a todos los partidos, salvo a Vox, que no ha mencionado de forma explícita, para formar gobierno. “La democracia nos ha convocado para desbloquear la situación, y debe haber generosidad y responsabilidad”, ha señalado, aunque añadiendo que no sólo dependerá esa circunstancia del PSOE.
Sánchez ha mostrado su intención de implicarse a fondo para formar gobierno. La incógnita que deberá despejar es si quiere intentarlo primero con Podemos y eso implicará o no que el partido de Pablo Iglesias entre en el Ejecutivo. Esa circunstancia invalidó las negociaciones tras el 28 de abril, al negarse Sánchez a tener ministros de Podemos.
La otra salida es un acercamiento al PP, que deberá tomar precauciones tras el enorme ascenso de Vox, que se queda como tercera fuerza política con 52 escaños.