Los responsables de Esquerra Republicana toman posiciones. El vicepresidente del Govern y consejero de Economía, Pere Aragonès, ha pedido en Madrid una mesa de diálogo con Pedro Sánchez para que se reconozca a los independentistas con una serie de puntos que se puedan negociar y acordar. El objetivo, según Aragonès, es que no se cronifique un problema político. Por ello, entiende el dirigente republicano que una posible gran coalición entre el PSOE y PP, tras las elecciones del 10 de noviembre, no haría otra cosa que “perpetuar el conflicto”.
Pere Aragonès se dirige a Sánchez / EUROPA PRESS
Pero, ¿de qué se podría hablar en esa mesa de negociación? Esquerra consideró un “avance” la reunión de Pedralbes, en diciembre de 2018, entre una delegación del Gobierno y otra del Govern de la Generalitat. Aquello se truncó, por la llamada figura del “mediador”. Ahora, tras los actos de violencia en las calles de Barcelona y en otras localidades catalanas, y con la insistencia del presidente Quim Torra en tener un contacto con Pedro Sánchez, Esquerra toma la iniciativa.
Reconocer al independentismo
Aragonès ha sostenido, en un desayuno organizado por Europa Press en Madrid, que “dialogar no es síntoma de debilidad”, y que se podría iniciar a partir de cuatro puntos: el reconocimiento de las partes; libertad para presentar propuestas, entre ellas proponer un referéndum; amplias mayorías y validación democrática, y seguridad jurídica y establecimiento de mecanismos de garantías de cumplimiento de lo acordado.
La primera idea, a juicio de Aragonès, es que se admita que una parte será la que represente al independentismo, que gobierna la Generalitat y que se impuso, como bloque, en las elecciones autonómicas de 2017, entre la suma de Junts per Catalunya y Esquerra, aunque los comicios los ganara Ciudadanos.
¿Referéndum o qué alternativas?
Con el segundo punto, Esquerra se mantiene en su voluntad de lograr un referéndum de autodeterminación, pero lo incluye entre “otras propuestas”, con una invitación a que se formulen alternativas. En el tercer punto, Aragonès ha aludido a la necesidad de que se cuente con mayorías amplias, que es la obsesión en los últimos meses de los republicanos, con lo que se deja de lado fórmulas unilaterales. Y en el cuarto, se entiende que debería existir algún mecanismo que certifique los acuerdos a los que se pueda llegar.
Esquerra, sin embargo, es consciente de que también se debería incluir “una amnistía para los presos políticos”, una posibilidad remota en un sistema democrático, que ya aplicó esa medida, precisamente para pasar de la dictadura a la democracia.
En todo caso, los republicanos entienden que nada se podrá hacer, o muy poco, hasta el 10 de noviembre. Lo que hace Esquerra, como ha verbalizado Aragonès en Madrid, es preparar el terreno para el día después, y siempre que tenga como interlocutor al Gobierno de Pedro Sánchez. En los próximos meses, la idea que se valora en la sede de ERC es que se puedan avanzar las elecciones en Cataluña, y que se produzca el sorpasso frente a los espacios exconvergentes, sea Junts per Catalunya u otra fórmula. En ese caso, sí se podría producir una interlocución entre Sánchez y el posible presidente de la Generalitat, que sería, si ERC gana las elecciones, el propio Pere Aragonès, a quien Oriol Junqueras ya ha designado como su sucesor.