Huelga general, no. Paro patronal, sí. Este es el mensaje que los sindicalistas catalanes repiten en las últimas horas en Cataluña, el arranque de una nueva protesta independentista convocada por las organizaciones minoritarias Intersindical-CSC e IAC, dos entidades con una representatividad testimonial con ascendencia limitada en el sector público.
Calles cortadas en la ciudad de Barcelona por el 18-O / EUROPA PRESS
Los primeros datos de afectación real en las empresas los ha dado la patronal de Terrassa (Barcelona) Cecot sobre una muestra de 200 compañías de su demarcación, una de las zonas más industrializadas de la segunda corona metropolitana de Barcelona. Allí, el 50% de los centros de trabajo están cerrados este viernes pero por este paro patronal, tal y como remarca la organización adscrita a Foment del Treball. Los comités de empresa y direcciones de las compañías han pactado compensaciones para recuperar en otras jornadas las horas en que las líneas de producción estén cerradas este viernes o se ha dado un día de fiesta (retribuido) extraordinario. Por lo que no se puede hablar de una huelga laboral al uso.
Seat, el ejemplo de la huelga
“Esto es una huelga política encubierta, a las cosas se les debe llamar por su nombre”, asegura el presidente de UGT de Cataluña y del comité de empresa de Seat, Matías Carnero. La automovilística del grupo Volkswagen se ha convertido en el principal ejemplo de esta batalla entre los independentistas que defienden el seguimiento masivo de su protesta y los sindicalistas reclaman que se blinde lo que consideran que es su derecho más sagrado, frenar la actividad para conseguir mejoras laborales.
Ha sido el secretario general de la sección de CCOO en el mismo grupo, Rafael Guerrero, el que ha reclamado de forma más vehemente en redes sociales que se deje de “instrumentalizar y banalizar la huelga”, incluso con un inercambio de impresiones con la exdiputada de la CUP Mireia Boya. Recuerda que los cinco turnos de producción que se han desconvocado tanto en la sede central, situada en Martorell (Barcelona), como en la Zona Franca se debe por la previsión de una “falta de suministro de materiales” debido a que dos de las llamadas Marxes de la Llibertat convocadas por la ANC y Òmnium Cultural han pasado la noche en la localidad vallesana. Su llegada al municipio coincidía con el cambio de la turno nocturno y su salida hacia Barcelona con la entada al trabajo del grueso de los trabajadores.
2.000 trabajadores este viernes en Martorell
“La policía no garantizaba la movilidad de los autocares y de los camiones hasta la fábrica”, añade Carnero. Por esto se cerró el acuerdo con la cúpula liderada por Luca de Meo en que se decidía frenar las líneas de montaje y reforzar la actividad en los próximos días para recuperar los 3.000 coches que se dejarán de ensamblar este viernes.
Con todo, la factoría de Martorell, la principal fábrica de Cataluña, está abierta este viernes. “Cerca de 2.000 personas han venido a trabajar”, puntualiza el presidente del comité de empresa. Indica que el aparcamiento del centro “está al 60%” de la ocupación por el personal del colectivo indirecto, oficinas y técnicos, que continúan con su trabajo “con total normalidad”. Cifra a la que se debe añadir los empleados que han optado por el teletrabajo, otra de las opciones que se han habilitado en Seat.
Otras grandes factorías, como la de Nissane en la Zona Franca de Barcelona, mantienen su actividad habitual.
UGT y CCOO, desmarcados
“Una huelga general siempre se debe se debe convocar por reivindicaciones sociales, laborales y para mejorar los convenios colectivos de los trabajadores”, remarca Carnero, algo que no se da con la reivindicación actual. Recuerda que ni UGT ni CCOO de Cataluña se han unido a las protestas independentistas.
Por ahora, las previsiones de cortes en la red de comunicaciones viarias y ferroviarias catalana se han cumplido. Las principales afectaciones de la huelga independentista se han dado por los problemas de movilidad en Cataluña.