Una vuelta de tuerca en la politización de la Consejería de Interior de la Generalitat. Miquel Buch ha nombrado jefe de gabinete a Pep Montané, un activista del procés que hasta ahora ocupaba labores de asesoramiento en el departamento y que había sido director de comunicación en la independentista Associació Catalana de Municipis (ACM). Montané sustituye a Pere Ferrer, designado director general de los Mossos d’Esquadra tras la dimisión de Andreu Joan Martínez a las puertas de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el referéndum del 1-O.
Montané es graduado superior en Medios de Comunicación por la Universitat de Vic y Máster en Comunicación Política e Institucional por la Pompeu Fabra. Ha trabajado como jefe de comunicación en ayuntamientos como Palau-solità i Plegamans y Castellbisbal. Durante cinco años estuvo al frente de la comunicación de la ACM, entidad que agrupa a ayuntamientos de Convergència y de ERC, y que fue presidida por Buch cuando era alcalde de Premià de Mar. Esta entidad ha ejercido un papel muy activo en el procés, especialmente en la defensa del derecho a la autodeterminación y al referéndum del 1-O.
Las funciones de Montané
Entre las nuevas funciones de Montané destaca "dar apoyo y asistencia a las actividades de Buch, coordinar las unidades que dependen del gabinete del consejero y cualquier otra función" que le encomiende el titular del departamento.
Pep Montané había ejercido hasta ahora de asesor en el ámbito de la comunicación corporativa de la Consejería de Interior, lo que incluía la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunicación en la seguridad pública y las emergencias.
"Ganas de que se marchen, somos diferentes"
Activo en las redes sociales, Montané hizo campaña a favor del referéndum del 1-O. “Gracias por defender nuestra dignidad con firmeza y valentía”, escribía en 2017 en referencia a Buch, Carles Puigdemont, Jordi Turull y Neus Lloveras.
“Mientras nosotros cantamos el Boig per tu, ellos nos agreden. Ganas de que se marchen, somos diferentes”, escribía, en referencia a la agresión a una periodista de TV3 en una manifestación constitucionalista.
El nombramiento de este jefe de gabinete, con un acusado perfil político, se produce en un momento de máxima tensión dentro del cuerpo de Mossos d’Esquadra, ante la inminente sentencia del 1-O y la resistencia de Buch y del presidente Quim Torra a que la policía autonómica cargue contra los activistas independentistas en los casos en que sea necesario actuar con contundencia.
Montané sustituye a Pere Ferrer, quien ha sido elegido director general de los Mossos tras la dimisión de Andreu Joan Martínez, recolocado en TV3, y que había perdido la confianza de Torra. Martínez se despidió del cuerpo aludiendo a la crispación existente, mientras que Ferrer aterriza asegurando que tiene “un proyecto de país”.