Eva Granados (Barcelona, 1974) asegura que "Cataluña es más desigual desde que el eje identitario se ha situado en el centro del tablero". En una entrevista con Crónica Global, la portavoz del PSC advierte a los secesionistas de que "la ley se respeta y se reforma, no se desobedece". Y denuncia que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quiera aprobar unos nuevos presupuestos para hacer realidad la independencia, "no para mejorar los servicios públicos".
En clave nacional, Granados lamenta que "el dogmatismo de Pablo Iglesias y la intransigencia de la derecha" haya bloqueado un nuevo gobierno socialista.
-'Otoño caliente' en una legislatura catalana agotada. ¿Ese es el diagnóstico?
-La semana que viene tenemos en Debate de Política General en el Parlament y esperamos que entre tanta contradicción entre los partidos que forman en el Gobierno hagan algún tipo de propuesta conjunta, esa unidad estratégica de la que se hablaba tanto en la manifestación de la Diada. La ANC, las entidades independentistas les están pidiendo que hagan una propuesta. Si la hacen, seguirá siendo para solo la mitad de los catalanes. Así que el diagnóstico del Govern es desunido y en quiebra.
-¿Tienen indicios de que habrá esa propuesta o es un órdago para visualizar esa desunión independentista?
-No hay unidad y la demostración es que no hay un gobierno cuando ERC está pidiendo cada día un nuevo gobierno, que entre más gente. Es evidente que entre ellos dos no se ponen de acuerdo. La legislatura está agotada y lo mejor que podría hacer Quim Torra es convocar elecciones. Nosotros lo hemos pedido y lo seguiremos pidiendo. Cataluña necesita un gobierno efectivo que vele por los intereses de la ciudadanía y los servicios públicos, y haga las reformas que necesita este país. Tras nueve años de gobiernos independentistas, el país está más dividido, más desigual, y la administración funciona con una inercia que no es lo que necesitan los catalanes.
-¿Ve a ERC capaz de provocar una crisis de gobierno si no hay nuevos presupuestos, pues sería ya la tercera prórroga?
-No sé qué va a hacer ERC. Creo que ellos tampoco lo saben. Porque en las últimas semanas hemos oído a diferentes dirigentes de ese partido pedir una ley de claridad, un gobierno de concentración, una cuestión de confianza, elecciones y presupuestos. Hago un repaso rápido. Claro que necesitamos unos nuevos presupuestos. Porque los que están vigentes se pensaron en 2016, ha llovido mucho y han pasado muchas cosas. Estamos con una prórroga encima de otra prórroga, los servicios públicos están tensionados, las listas de espera sanitarias están creciendo y el gasto en políticas sociales está a la cola de todas las comunidades autónomas. No se merece este desgobierno.
-Sobre esas carencias sobre política social se habla poco, parece que da igual. Se ha asumido que los servicios públicos no funcionen como algo normal.
-El miércoles estaba Torra en la entrega de premios de la patronal del tercer sector y se lamentaba de que estuvieran con precios congelados desde hace diez años, como si fuera un cronista, como si él no tuviera nada que ver. El nivel de irresponsabilidad de quienes son responsables políticos, de los presupuestos, de las relaciones con el tercer sector, ha llegado al límite de criticar su propia gestión y aquí no pasa nada. Ha llegado el momento de que asuman esa responsabilidad, y si no son capaces de aprobar presupuestos, que no lo son como se ha demostrado, que convoquen elecciones. Mucha gente, colectivos y familias se quejan de esa situación, ven respuesta a sus necesidades en la labor cotidiana, en la labor que hacen los ayuntamientos, porque de la Generalitat ya no esperan nada. Hay desapego hacia una administración que muchos ya no sienten como suya, porque está al servicio de una causa ideológica. El debate nacional, la estelada y el lazo amarillo tapa todo eso.
-Usted fue muy criticada por los independentistas por decir que no es la ciudadanía la que debe dirimir una cuestión como la autodeterminación. ¿Incluso en eso se derivan responsabilidades?
-Las personas que hemos sido elegidas en unas elecciones tenemos responsabilidades de las que no podemos hacer dejación. Nuestra obligación es llegar a acuerdos entre nosotros. El PSC, y yo también, siempre ha dicho que la solución al encaje institucional de Cataluña y las reformas constitucionales se van a solucionar votando. Pero se vota un acuerdo al que llega una mayoría cualificada del Parlament. Y eso lo hemos dicho por activa y por pasiva. Somos los representantes de la ciudadanía quienes tenemos la obligación de entendernos entre nosotros. En Cataluña, en estos años, nos hemos dejado de mirar. O nos hemos mirado con desprecio. Creo que tenemos que superar esa fase. Es responsabilidad del presidente de la Generalitat sentarnos a todos los partidos en una mesa para llegar a acuerdos. Por eso el PSC siempre habla de un diálogo interno, entre catalanes. No puede ser que una minoría decida por todos. Sobre todo que decida sobre algo tan importante como la arquitectura institucional de este país. Más allá de las críticas de aquellos que quisieron romper la legalidad y que siguen en una lógica unilateral, está la convivencia y el Estado de Derecho. La ley se respeta y se reforma, no se desobedece.
-La repetición de elecciones generales distorsiona la agenda catalana, que incluye presupuestos. ¿El PSC podría pactar unos presupuestos para que no se demore todo hasta la primavera o el verano de 2020?
-El PSC dice que Cataluña necesita presupuestos. Es imperioso. Y a la vez decimos, porque escuchamos al presidente de la Generalitat, que dice que necesitamos estabilidad institucional --esto es el dardo para ERC, que puede querer elecciones, por tanto, estamos en una lucha dentro del bloque independentista-- para lograr la independencia. Torra sitúa el nuevo presupuesto, no para que mejorar los servicios públicos, sino para hacer realidad la independencia. La pregunta que le lanzamos al Govern es: ¿con quién quiere pactar los presupuestos? Porque si es para la autodeterminación, tienen a la CUP y a los comunes.
-Antes hablaba de la falta de diálogo, pero también se podría reprochar esa carencia a Pedro Sánchez, por no haber logrado negociar, pactar. En Cataluña tenemos ya una cultura de coalición, pero en el conjunto de España todavía no.
-El PSOE ganó las elecciones a mucha distancia del PP. Ha intentado pactar con su socio preferente, Unidas Podemos, con quienes ha negociado la mayoría de decretos y los presupuestos, pero no ha sido posible. El dogmatismo de Pablo Iglesias nos ha llevado a una situación en la que no se podía gobernar. Pedro Sánchez, lo que ha querido y sigue queriendo no era un acuerdo de investidura, sino un gobierno estable de legislatura. Y no se dan las condiciones. Es verdad que los retos que tiene España por delante nos exige un gobierno, pero no ha sido posible. Y la responsabilidad no es de los socialistas, que habíamos ganado las elecciones. Necesitamos una estabilidad que no ha sido posible, por un lado por ese dogmatismo de Iglesias, y por otro, por la intransigencia de los partidos de derechas. Hubo un tiempo en que parecía que el PSOE no era culpable de que no hubiera gobierno cuando ganó el PP, ¿y ahora es responsable el PSOE que ha ganado las elecciones?
-Es que parece una operación arriesgada. ¿Qué puede pasar de aquí al 10N? Repetición de resultados, crisis económica, la derecha puede sumar…
-Pues tendremos que hacer una campaña para explicar que España necesita un gobierno estable, que pueda afrontar todo lo que viene por delante. Y ya hablo como socialista, necesitamos la fuerza para que no haya un bloqueo como el que hay en estos momentos. No podemos tener a España bloqueada por la irresponsabilidad de unos partidos que llegan a la nueva política para hacer reformas, que haya regeneración y políticas de izquierdas. Esas promesas se han ido deshaciendo como azucarillos porque en realidad no han querido formar un gobierno.
-El PSOE siempre ha necesitado para ganar y gobernar un muy buen resultado en Cataluña. ¿El elector del PSC puede entender que Sánchez intente luego a un acuerdo con Ciudadanos y acaben gobernando juntos?
-¿Que acabe gobernando con Cs? Yo creo que eso es adelantar mucho. Nosotros hemos hecho un acuerdo de presupuestos con Unidas Podemos, hemos pactado las políticas sectoriales con ellas, nuestra propuesta es claramente progresista. Por lo tanto vamos hacia un gobierno también progresista. Lo que necesitamos es tener más fuerza para que no haya una capacidad de bloqueo de otros.
-¿Intentando de nuevo un gobierno con Podemos?
-Eso es hacer futuribles. No está ni la campaña iniciada. Vamos a ver. Lo que hay que plantear es quién puede encabezar un gobierno estable que impulse las reformas que necesita España. Y la propuesta de los socialistas es claramente progresista. Cs hicieron una campaña de cordón sanitario hacia la socialdemocracia que han mantenido hasta el último momento. Ellos ya se han mostrado como una muleta del señor Casado.
-Pero el dique se rompió casi al final
-Yo creo que eso fue postureo de asesor al ver unas estadísticas con una sangría de votos, pues mucho elector de Cs no entiende que un partido que viene a regenerar una España plural, al final solo hace un cordón sanitario a la socialdemocracia. Hay mucho elector de Cs que ve en la política internacional partidos que podrían ser homologables, mientras aquí se comportan como la derecha, pactan con la extrema derecha y bloquean gobiernos socialdemócratas. Eso es anómalo en el conjunto de Europa. Cs ganó las elecciones y ha perdido ese capital político, sin ni siquiera presentar un programa de gobierno. Su líder, Inés Arrimadas, abandona en un momento en el que hay mucho trabajo que hacer y mucho que recoser, y se va a las elecciones generales a hacer un frente con la derecha.
-Según las encuestas, el PSC representa ahora el voto útil del catalanismo. ¿Los nuevos partidos que surgen ahora pueden perjudicar a los socialistas, en el sentido de fraccionar el voto?
-Tras el tsunami que ha habido --ellos dicen democrático-- puede que el futuro pase, por un lado, por un espacio nacionalista que aterrizará o no en las normas convivencia, que tendrán más o menos prisa, que confrontarán más o menos. Y por un espacio que cree en esa España plural que representa el PSC, en contra de los privilegios, pero a favor de las singularidades y de la defensa de los servicios públicos. Para nosotros es federalismo, aunque cada uno lo llamará de la forma que quiera.
-¿Eso supone el regreso al eje izquierda-derecha?
-¡Bienvenido sea!. Hay mucha gente comprometida con la política que cree en una redistribución de la riqueza y en la justicia social. Y está demostrado que las sociedades que basan el debate en ese eje, son sociedades más iguales. Y las que lo basan en el identitario, son más desiguales. Y solo hay que ver lo que dicen las estadísticas. Más desigual desde que el eje identitario está en el centro del tablero.
-¿Los sindicatos catalanes lo entienden?
-Creo que están haciendo mucho y muy buen trabajo en las empresas. Están negociando convenios y tenemos que trabajar con ellos para revertir la reforma laboral que aprobó el nacionalismo catalán con el nacionalismo español, y que está siendo muy lesiva para la clase trabajadora. Sobre las derivas nacionales, ellos son autónomos y ellos deciden, y van a contribuir a la normalización de la situación en Cataluña.
-¿Se ve como futura candidata a la presidencia de la Generalitat?
-No me veo candidata. Miquel Iceta es el mejor político que tiene Cataluña y dentro de España. Es el candidato que puede hacer realidad esa Cataluña que queremos. Cuando tienes algo que funciona y a la persona con más capital político, ¿para qué cambiarlo?
-Pudo ser presidente del Senado y ministro, ¿puede irse a Madrid tras las nuevas elecciones?
-Miquel quiere estar aquí, yo creo que será el candidato en las próximas autonómicas y estaremos todos a su lado para apoyarle. Tenemos un buen grupo parlamentario, un buen equipo y sabemos qué necesitamos. Desde los frentes y la ideología extrema no vamos a poder gobernar Cataluña. Necesitamos un gobierno normal que dé estabilidad.
-¿El pacto en la Diputación de Barcelona (PSC-Junts) y en el Ayuntamiento de Barcelona (PSC-comunes) va por ahí, por esa idea de romper bloques?
-Miquel hizo una conferencia en Madrid sobre federalismo y lo decía. Que esos pactos para romper bloques los hemos hecho y los seguiremos haciendo. Es una manera de que se pueda hablar de otras cosas.
-¿A riesgo de que sirva para colocar asesores, como ha pasado con el PDeCAT en la Diputación?
-Los asesores los nombra cada grupo, desconoce los intríngulis de la Diputación.
-Hay quien piensa que hablar de la ruptura de bloques significa legitimar a un bloque independentista que ha incumplido la ley.
-Describir la realidad no la legitima. Hay dos millones a la baja, según el CEO, de independentistas. Tenemos que convivir para avanzar. Desde la confrontación no es la manera de conseguir rebajar la crispación. El PSC siempre ha dicho que necesitamos diálogo y cumplimiento de la ley. Y eso es una condición previa. Lo decíamos antes cuando hablábamos de los presupuestos.
-La Mesa de Diálogo de partidos catalanes fue criticada por celebrarse fuera del Parlament.
-La negocié yo. Fue el fracaso de Torra. Los debates parlamentarios son imprescindibles y no se puede ahorrar ni uno. Pero se deben crear espacios en los que los líderes políticos se puedan sentar para hablar. Ese era el espíritu de la Mesa de Diálogo. Lo que pasó es que quien ganó las elecciones, Ciudadanos, la CUP y el PP decidieron no ir. A ellos hay que preguntarles qué alternativa tienen si no se quieren sentar a hablar. Pero por otro lado, tenemos al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que no fue capaz de sentar en la mesa a esos partidos y cuando nos convoca, viene con su libro y su propuesta de máximos. Señor presidente de la Generalitat, es de primero de negociación: los acuerdos son el mínimo común denominador. Si vienes con una propuesta de máximos que luego encima presentas al presidente de España...