El diputado de Ciudadanos en el Congreso Juan Carlos Girauta / EFE

El diputado de Ciudadanos en el Congreso Juan Carlos Girauta / EFE

Política

Girauta: "No hay modo de convencer a los nacionalistas para integrarlos en el constitucionalismo"

El diputado de Ciudadanos en el Congreso considera que "el independentismo se ha convertido en un movimiento irracional" y no descarta que intenten dar otro "golpe de Estado"

15 septiembre, 2019 00:00

Juan Carlos Girauta (Barcelona, 1961) es uno de los dirigentes de Ciudadanos con mayor trayectoria política. Tras pasar por PSOE y PP, recaló en la formación naranja, con la que ha sido europarlamentario y ahora diputado en el Congreso, donde preside la Comisión de Defensa. Durante años, Girauta se batió el cobre incansablemente en innumerables tertulias y actos en Cataluña frente al nacionalismo, hasta que, harto del acoso permanente que sufría, decidió trasladar su residencia a Toledo. Su experiencia en ese ámbito le convierte en una de las voces más autorizadas para analizar los acontecimientos políticos de los últimos tiempos en Cataluña. Y así lo hace en una entrevista con Crónica Global.

--Pregunta: ¿Qué le ha parecido la Diada?

--Respuesta: Una nueva exhibición de odio contra España, con impunidad de los violentos y radicales agrediendo a periodistas, intentando el asalto al Parlament, quemando banderas de España y de la UE y fotos el Rey.

--Una descripción contundente.

--Además, ha habido una particularidad que es una ironía amarga, que es que a alguien se le ocurre poner el himno de España y, violando la ley, se presentan los Mossos d’Esquadra y se meten en una habitación de hotel que está protegida como si fuera tu propio domicilio mientras la tienes alquilada. En Cataluña se volvió a demostrar que se puede cometer todo tipo de tropelías impunemente mientras seas un separatista como Torra, pero como pongas el himno de España los Mossos te identifican inmediatamente violando tu intimidad.

--Presenta un panorama desolador.

--Torra sigue llamando a la desobediencia, los Mossos siguen actuando como les da gana y el drama de todo esto es que no hay una persona en la Presidencia del Gobierno de España que actúe como debe ante quien está anunciando la desobediencia desde el primer momento. Hace tiempo que se anuncia la desobediencia, que se presiona al poder judicial y eso se hace mientras Sánchez hace ver que llueve y dirige sus ataques contra Ciudadanos, como siempre.

--Pero ha habido un bajón en la asistencia a la manifestación independentista de la Diada. Pese a que los discursos mantienen el tono radical, ¿no cree que el procés está muerto?

--Si llamamos procés a la primera fase de un movimiento revolucionario organizado por una burguesía corrupta, esa parte sí ha muerto. Evidentemente ya no tienen el mismo poder de convocatoria. Pero, cuando abres la caja de Pandora, ya no puedes volver a meter dentro los males a tu antojo, cuando quieras. Entonces, para consternación de algunos que alimentaron aquello y de otros que lo permitieron en silencio, ahora los males están sueltos y creo que, más allá de la pérdida de poder de convocatoria, el hecho político es que quien ostenta la Presidencia de la Generalitat y quienes están en el Govern siguen alimentando la idea de la desobediencia, de “lo volveremos a hacer”, es decir, de volveremos a aprobar leyes inconstitucionales, volveremos a derogar la Constitución en Cataluña, volveremos a dar un golpe de Estado... Es lo que están diciendo.

--¿Y qué se puede hacer?

--En este momento, lo suyo, y por eso lo hemos hecho, es pedirle a Pedro Sánchez, antes de que eso vuelva a suceder, que ponga en marcha las previsiones del artículo 155 de la Constitución, haciendo un requerimiento formal a Torra. Porque el 155 no está, como el Código Penal, para castigar delitos ya cometidos, sino que se puede utilizar políticamente. Hay muchos que dicen que hay que utilizar la política y no el Código Penal, pues cuando te anuncian un delito desde la política que puede provocar una profundización de la crisis y cosas mucho peores, lo suyo es aplicar el 155.

--¿Por qué Cs no ofrece un pacto de investidura y gobernabilidad al PSOE a nivel nacional a cambio de aplicar las políticas que ustedes proponen para combatir el nacionalismo catalán? ¿No cree que una propuesta generosa podría ser útil?

--Por dos razones: la primera, porque quien tiene que hacer el esfuerzo para ser investido es el candidato y, por tanto, desde un punto de vista puramente formal y lógico, quien tendría que haber estado haciendo propuesta para ser una opción atractiva es Pedro Sánchez y no nosotros ni nadie más. Y por otra parte porque con o sin esas propuestas, Pedro Sánchez, a nuestros ojos, ha perdido toda credibilidad en materia de constitucionalismo, de enfrentamiento al nacionalismo. Ni siquiera ante algo tan grave como el golpe de Estado ha sido capaz de mantener la mínima pulcritud constitucional.

--¿En qué sentido?

--Ha ofrecido mesas paralelas a los parlamentos nacional y autonómico, ha enviado guiños a través de su gente sobre un eventual indulto en caso de condena, se ha negado a descartar ese indulto cuando se lo hemos preguntado en sede parlamentaria, ha pactado sistemáticamente con nacionalistas sin hacer ascos a los bilduetarras y, además, como nosotros algo sabemos del PSC, nos resulta evidente que en esta materia quien manda en el PSOE es el PSC. Todo esto hace imposible, de toda imposibilidad, lo que me planteaba.

--Pero podrían poner sobre la mesa algunas condiciones para llegar a un acuerdo, como no indultar a los cabecillas del procés, suprimir la inmersión ilegal, actuar contra la invasión del espacio público por el independentismo o incluso recuperar algunas competencias. ¿No sería esa una propuesta razonable por parte de Cs?

--Es absolutamente insólito que alguien que es designado como candidato permanezca pasivo a la espera de que otros le vengan a proponer cosas, o a la espera de que le regalen la investidura por activa o por pasiva. Esto no funciona así. No tiene ningún sentido que nosotros u otros le hagamos eso. Por cierto, es él quien debe ir a buscar los apoyos. Todo el diseño constitucional está pensado así.

--Veo que no creen demasiado en Sánchez...

--Nosotros tenemos una decisión basada en lo que --como he dicho-- Sánchez ha hecho mientras ha sido presidente. Todos sus actos van en la misma línea. Presenta el problema catalán como algo creado por Cs, o sea, que Cs va provocando, como en Alsasua o con la retirada de lazos amarillos. Eso es una cosa tan aberrante que nosotros hace ya mucho tiempo decidimos y, además, lo decidimos más de una vez, que íbamos a votar no. Esa es la decisión de partido. No tiene mucho sentido especular sobre ello. En el fondo, lo que me plantea --como han hecho otros-- se basa en una hipótesis muy voluntarista pero poco realista: la de que Sánchez fuera alguien que no es, pero es que Sánchez es quien es y nosotros ya sabemos quién es. No vale la pena perderse en hipótesis.

Juan Carlos Girauta en el Congreso de los Diputados / EFE

Juan Carlos Girauta en el Congreso de los Diputados / EFE

--Algunos analistas aseguran que ERC se ha vuelto posibilista y pragmática, que rechaza la unilateralidad y que se puede llegar a acuerdos con ellos. ¿Es fiable ERC?

--Por supuesto que no. En ese mismo engaño cayó Soraya Sáenz de Santamaría, que se hablaba por teléfono con Junqueras todos los días. Sáenz de Santamaría creyó en Junqueras hasta el último momento. Hasta el día del referéndum ilegal creyó en Junqueras. Es verdaderamente desolador ver cómo populares, socialistas y muchos analistas políticos de la capital se dejan llevar por engaños que, para los que conocemos eso desde dentro, son evidentemente falsos desde el primer momento. Creerse que ERC de repente se ha vuelto una fuerza constructiva es ignorarlo todo.

--Pero ha suavizado su discurso, ¿no?

--Es que su jefe está en la cárcel y se puede pasar muchos años allí. Eso tiene algunas consecuencias sobre la actitud que el partido toma. Las consecuencias que puede tener sobre la posibilidad de ablandar posicionamientos destructivos de ERC --porque ERC tiene como misión y como fin romper España-- se deben precisamente a que el Estado funciona bien y hace su papel: la justicia es independiente y no se deja presionar. Como confundamos las causas con los efectos, hem begut oli [estamos apañados], que decimos en catalán.

--¿Cree que a pesar de la respuesta firme del Estado, el independentismo volverá a lanzar un desafío similar al 1-O?

--Creo que es posible porque el independentismo se ha convertido en un movimiento irracional. Debe haber dentro personas que no son irracionales y que han aprendido la lección, pero para llevar adelante el plan de construcción nacional, en la última fase había que sacar a la gente a la calle y había que convencer a la multitud de que la independencia estaba “a tocar”. Cuando los agentes políticos han comprobado lo que tantas veces les advertimos algunos de que aquí no hay choque de trenes, sino el choque de un trenecito con un muro inexpugnable y que los que se iban a hacer daño eran ellos, ya han abierto la caja de Pandora, ya han lanzado a las masas convencidas de que la independencia “está a tocar” a las calles, y ahora los males no se pueden volver a meter en la caja. Y seguramente habrá muchos que quieran aprovechar esa corriente que se ha convertido en un problema y que ha acabado con la convivencia en Cataluña y que ha roto la sociedad catalana. Seguramente habrá algunos que han aprendido la lección, otros que no, y otros que no estaban y querrán ponerse a la cabeza de esas expectativas frustradas y que siempre serán frustradas. Las expectativas del separatismo no solo han sido frustradas ahora, no solo lo fueron en el pasado, sino que lo serán en el futuro. Y lo serán siempre.

--¿Tiene solución el problema del nacionalismo catalán? Algunos dicen que hay que convencer a una parte e intentar integrarla en el constitucionalismo, otros opinan que hay que combatirlo y conllevarlo. ¿Quién tiene razón y por qué?

--No creo que a estas alturas una persona como yo, que ha tenido discusiones sin cuento con personas que eran completamente sordas intelectualmente, pueda decir una ingenuidad como que se puede convencer a los nacionalistas. Entiendo que hay mucha gente de buena voluntad, pero yo me he pasado muchos años utilizando argumentos de lógica inapelable, jurídico-políticos, históricos, de relaciones internacionales, filosóficos, éticos… No hay modo alguno, son obsesos monotemáticos con una idea fija y, por lo tanto, por mi parte, desisto de intentar convencer a nadie. Yo postulo el cumplimiento de la ley. Punto.

--¿Por qué se fue de Cataluña?

--Entre otras razones porque, cuando ya llevaba dos años teniendo que ir rodeado de policías nacionales de paisano para ir a tomar un café, cuando todos los días tenía escenas desagradables por la calle, cuando uno nota miradas de odio en la mitad de la gente con la que te cruzas, cuando te das cuenta de que si no fuera por algunas personas cercanas que podrían ser escoltas se habrían tirado encima de ti o te habrían dado un puñetazo, hay un momento en que dices: hasta aquí hemos llegado.

--¿Entiende a los que critican la marcha de líderes constitucionalistas de Cataluña?

--Yo he hecho mi lucha y mi combate contra el nacionalismo en Cataluña. Tengo mi historial, mi hoja de servicios. A mí me parece bien que cada cual opine lo que quiera pero, para que alguien cuestione mi decisión de abandonar Cataluña, tiene que venir con una hoja de servicios parecida. A la gente que ha estado toda su vida callada y ahora me viene a decir “nos has dejado solos”, ni siquiera la contesto. ¿Qué tengo que contestar? ¿Dónde estabas tú cuando yo me partía la cara solo? ¿Dónde estabas cuando luego me partía la cara con cuatro más? ¿Dónde estabas tú cuando me partí la cara con 40 más? Nosotros rompimos el silencio en Cataluña y yo condené muchos años de mi vida --pudiendo no haberlo hecho-- consagrándolos a una lucha contra la estupidez. Que es muy duro. Porque luchar contra muchas cosas es honorable, pero luchar contra la estupidez es terrible. Y hay un punto en que dije: hasta aquí he llegado. Que me venga alguien con una hoja de servicios parecida y yo discutiré. Pero que la gente que no ha dicho nunca nada en su entorno, en su empresa, con sus amigos, delante de su familia y que si le hubieran puesto un micrófono y una cámara habría repetido lo que todo el mundo repetía, me hable de marcharse y de que ahora nos dejáis colgados… perdón, pero hasta ahí podríamos llegar.

--¿Arrimadas también se ha ido a Madrid a causa de la presión insoportable del nacionalismo?

--No puedo hablar por ella. Cada uno tiene su motivación y sus razones. Yo hablo solo por mí. Hay un momento en el que dices: pero, chico, ¿cuántos años llevas discutiendo de lo mismo con gente que es como un muro? No puede ser. A mí me interesan otras muchas cosas en el terreno de la cosa pública. Me interesa todo: la defensa --ahora presido la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados--, la justicia, la educación, la integración europea… Y fuera de la cosa pública también me interesan muchas cosas. No puede ser que yo esté siempre hablando de una estupidez falsa. He llegado a oír que “llegaremos a la independencia y nos reconocerán todos los países de Europa y quien tendrá que salir de la UE será España”. ¿Tengo que oír estupideces sin cesar de gente incorregible por mucho que argumente, día tras día? No puede ser. Nadie le puede pedir sacrificio a otro, sobre todo nadie que no haya hecho un sacrificio parecido.

--¿Además del perjuicio a los no nacionalistas, el procés ha supuesto una pérdida de energía que se podría haber dedicado a buscar soluciones a los retos del nuevo mundo globalizado?

--Absolutamente. No puedo estar más de acuerdo. Estamos acercándonos a la definitiva irrupción de los grandes fenómenos disruptivos que van a cambiar la sociedad y que nos exigen prepararnos en la legislación laboral, en la educación, en temas de privacidad y en todo lo que está sucediendo y va a suceder en los próximos años relacionado con las nuevas tecnologías y que va a cambiar el mundo. Y, en vez de estar encima de ello, estamos todavía hablando de que Cataluña es un pueblo oprimido.

--¿Tienen parte de razón los nacionalistas en su discurso?

--Cataluña es uno de los lugares con mayor libertad del mundo y una de las unidades subestatales con más poder del mundo. Cataluña ha sido un lugar muy rico, muy culto y muy emprendedor. El nacionalismo lo ha convertido en un lugar monotemático donde se desprecia la cultura, donde se llama cultura a lo que sirve a fines políticos, donde la lengua se han convertido en una herramienta política --lo que es un insulto para un idioma milenario y lleno de excelente literatura--, donde supuestamente se defiende a Cataluña ignorándolo todo sobre su historia, sobre su pintura, sobre su arquitectura, sobre su poesía. Se defiende a Cataluña con el Barça de bandera. Esta es una situación terrible, deprimente, y, efectivamente, mientras se gasta toda la energía en eso --que también es la tapadera de un expolio a lo público y de un amiguismo desde el poder que ha permitido que todo tipo de ladrones, mientras se cubrieran con la señera primero y luego con la estelada, hicieran negocios sucios--, no se atiende al resto de cosas y ahora Cataluña ni siquiera produce leyes, no se ocupa de su sanidad, de su educación... no se ocupa de nada.

Juan Carlos Girauta, durante una rueda de prensa / EFE

Juan Carlos Girauta, durante una rueda de prensa / EFE

--Algunos sectores del constitucionalismo critican a Cs por haber aflojado en su lucha contra la inmersión que caracterizó los primeros tiempos del partido. ¿Comparte ese análisis?

--Creo que es una crítica de una parte muy pequeña de Cataluña e incluso de los que están cerca de la cuestión. Nosotros decidimos hace muchos años que apoyábamos un modelo lingüístico de trilingüismo --castellano, catalán e inglés-- obligatorio en la escuela pública y en la concertada. Nuestro objetivo es que en Cataluña todos los niños tengan tres lenguas vehiculares. A otros esto les puede parecer que esto es un error. Algunos quieren que se pueda escoger una sola lengua vehicular. Son muy libres, con todos mis respetos. Yo a quien no respeto es a quien quiere imponer una sola lengua a todo el mundo. Lo otro sí lo respeto. Aunque nosotros tenemos un modelo: el trilingüismo que, por cierto, cuenta con el apoyo del 80% de la población catalana.

--Si no le quedase más remedio que pactar con Podemos o con los independentistas de JxCat y ERC, habida cuenta de que usted es muy crítico con ambas opciones, ¿con quién se quedaría?

--Con ninguno de los dos. Nosotros no somos compatibles con ninguno de ellos para un gran pacto de Estado. Otra cosa es que nosotros podamos coincidir con estos dos partidos y con muchos otros en cuestiones específicas, como una reforma del régimen de los autónomos o sobre la manera en que hay escoger el consejo de RTVE. Ahí tú puedes coincidir con cualquiera, pero en lo que se conoce como pactos de Estado o pacto de legislatura, ahí no, eso es impensable. Ni unos, ni otros.

--¿Cómo está la relación de Cs con Manuel Valls tras el desmarque que hizo en el Ayuntamiento de Barcelona?

--El partido no tiene relación con Manuel Valls. Ninguna.

--La crisis de seguridad es una de las cuestiones que más preocupa en Barcelona. Como antiguo vecino de esta ciudad, ¿qué análisis hace es esta situación? ¿Quién es responsable de lo que está pasando? ¿Qué se puede hacer para corregirlo?

--Creo que aquí hay varias culpas: la primera, sin lugar a dudas, es la del ayuntamiento. Ada Colau es una alcaldesa nefasta que ha demostrado desde el día que llegó, por todos los medios a su alcance, que apoyaba a los ilegales, a los manteros, a los okupas… Cualquiera que incumpliera la ley, ella estaba allí para apoyarle y mostrarle su solidaridad, haciendo la vida imposible a la gente que paga sus impuestos para tener un comercio abierto mientras los otros le hacen competencia desleal a pocos metros; haciendo la vida imposible a los propietarios que ven okupadas sus casas porque hay una institución que apoya a los que las han okupado en vez de a ellos, tildando de fascista a todos aquellos que no juegan a su juego de fomentar la ilegalidad. En segundo lugar hay la cuestión --que todos entenderán si lo miran con perspectiva-- de que, en un lugar donde se difunde la idea día tras día de que solo se tiene que cumplir la ley que a nosotros nos parece justa, llega un momento en que las cosas estallan.

--¿Habrá investidura de Pedro Sánchez o repetición electoral?

--No está en el interés de Sánchez convocar otras elecciones aunque él se lo crea, y a lo mejor se da cuenta a tiempo. Él cree que sacaría rédito y Podemos no, pero en los últimos días hemos comprobado en el Congreso que el discurso de Pablo Iglesias es muchísimo más lógico y mejor hilvanado que el del Gobierno. Por tanto, a lo mejor no es verdad que saca rédito sobre Podemos. Y en cuanto a Ciudadanos, hay que decir que a nosotros nos ha desahuciado varias veces la clase política: desde que Artur Mas despidió a Cs al final de una legislatura, desde que lo hizo después Montilla, desde que se creyó que se nos destruía con la repetición electoral. Estamos acostumbrados a los desahucios y estamos preparados.