¿El Ku Klux Klan catalán?
El separatismo despierta un mundo preconciliar, ultramontano y fanático que hace siglos hablaba desde la sotana y el púlpito, ahora usa nuevas tecnologías y se esconde en 'Dolça Catalunya'
8 septiembre, 2019 00:00En los primeros días de abril de 1894 se estrenaba una obra coral dedicada a l’Orfeó Català. Con un poema de Jacint [mossen Cinto] Verdaguer y una música de habanera compuesta por Amadeu Vives, l’Emigrant se ha convertido en un cántico nostálgico y tradicionalista de cierto catalanismo, en especial aquel que vivió fuera de su tierra. La pieza arranca así: “Dolça Catalunya/pàtria del meu cor/quan de tu s’allunya/d’enyorança es mor”.
Poco imaginaba el poeta ni la mayoría de quienes la entonaron después que el primer verso de la misma acabaría dando título décadas después al blog de internet más despiadado con el nacionalismo catalán de cuantos existen. Dolça Catalunya, aparecido a mediados de octubre de 2013, se convirtió en un espacio de ácida crítica y furibunda sátira sobre los excesos de las formaciones nacionalistas. Anónimas y en ocasiones tan irreverentes como faltonas, las publicaciones del blog mutaron en la mejor socarronería del constitucionalismo, aquella que ponía a sus contrarios ante el espejo a través de las redes sociales en los momentos más álgidos del procés separatista.
En el inicio de la singladura de Dolça Catalunya la ironía presidía la mayor parte de los contenidos que sus autores elaboraban. Exitosos fueron sus vídeos, con un canal en Youtube que se convirtió en una referencia de la lucha contra el independentismo en formato audiovisual. Célebre fue, en especial, la coletilla que añadían a la mayoría de sus producciones y que remataban con la intervención de Jordi Pujol en una entrevista en Antena 3 preguntándose: “¿Qué coño es esto de la UDEF?”. El expresidente acababa de confesar una irregularidad tributaria millonaria que finiquitó todo su capital político. Aquellos vídeos circularon por WhatsApp con la misma velocidad que cualquier meme o chiste viral.
Del humor al zapatazo
El blog llegó incluso a generar un lenguaje propio. Con una singular mezcolanza de castellano y catalán en sus textos, suyos son los apelativos “genestapo”, referido a los Mossos d’Esquadra; “forcos”, para citar a los seguidores de Carme Forcadell; “lazi”, una contracción entre los lazos y el término nazi; “dolços”, aplicado a los catalanes no nacionalistas y así un largo léxico que hizo fortuna.
La Dolça Catalunya de 2013 y de los años siguientes, divertida, creativa y original, ha derivado con el paso del tiempo en un producto menos fresco y más radical. “Del humor al zapatazo”, comenta un alto cargo de un partido catalán que llegó a colaborar con ideas, vídeos y textos en su día. Si en los estertores de 2017 –en pleno éxtasis separatista– alcanzó sus máximas cotas de audiencia, con el fracaso de la tentativa secesionista el volumen de lectores se ha estabilizado a la baja según Similarweb, que le otorga entre medio millón y un millón y medio de visitas, según el mes. Traducido a usuarios únicos (que equivaldría a número de lectores), la métrica que usa la industria de la comunicación, la cifra oscilaría entre los 200.000 y los 500.000 mensuales si se aplican análogas proporciones a las que se contabilizan en los medios de comunicación.
Oscurantismo que se refugia en el voluntariado
Pese a su dimensión pública vinculada a la comunicación, Dolça Catalunya siempre ha residido en un espacio oscurantista del que apenas se poseen datos. Incluso aunque algún medio próximo en lo ideológico, como La Gaceta, consiguió realizar una entrevista en julio de 2016 con sus promotores, que fue respondida a través de correo electrónico. “Nuestros nombres no importan, sólo somos unas docenas de catalanes de la calle que describen libremente la realidad cotidiana apagada por los medios del Règim. Hay dolços en el Parlament, en Igualada, en el Casino de Reus, en el bar de enfrente y en la orilla del lago Ontario, y no escriben para hacerse famosos sino para levantar una Cataluña que se muere de nacionalismo”, decían al ser interrogados sobre la nula transparencia del medio.
Pese a la elíptica respuesta sobre la que insisten de manera recurrente (hombres y mujeres anónimos que elaboran el blog después de su trabajo en un pseudovoluntariado), lo cierto es que lo único que dan a conocer es una dirección de correo electrónico y ninguna empresa o persona física se responsabiliza de las publicaciones. A tal extremo llega su oscurantismo que publican una especie de compromiso relativo al uso de los datos de sus lectores, pero sin que nadie se responsabilice del tratamiento ni la protección de los mismos.
Del humor a la agitación
Los textos no llevan firma y eso facilita que algunos contenidos relativos a personas bordeen el insulto, la ridiculización o directamente la humillación al antagonista político. “Disparan con pólvora del rey, porque serían incapaces de sostener ante un tribunal determinadas afirmaciones”, asegura alguien que estuvo próximo al medio en sus inicios pero que de manera recurrente forma parte de su diana en los últimos meses. Más allá de los bufones del independentismo, habituales en los comentarios satíricos de los autores de Dolça Catalunya, algunos responsables políticos e institucionales del constitucionalismo son tratados en ocasiones con un desdén y frivolidad inusual en otros medios de comunicación. El tránsito del humor a la agitación política radical parece sobrevolar los últimos tiempos del blog. Atrás queda el apelativo que le dedicó Heraldo de Aragón cuando en octubre de 2017 tituló Ironía clandestina contra el prucés un reportaje sobre el fenómeno viral del blog.
Ese perfil clandestino, oscuro y de nula transparencia, ¿sólo aspira a evitar la asunción de responsabilidades legales y proteger el anonimato de sus autores? No parece ser la única de las razones que amparan ese formato. Diferentes fuentes consultadas sitúan al núcleo duro de colaboradores y estrategas de Dolça Catalunya en los foros ultracatólicos de la ciudad de Barcelona. De hecho, se les relaciona por varios motivos con entornos de la universidad Abat Oliba CEU. Pero también con fundaciones vinculadas a un rancio tradicionalismo religioso, algunas incluso salpicadas con los escándalos de El Yunque, una organización de ultraderecha internacional nacida en México que defiende los postulados más integristas de la religión católica. “Se trata de una especie de masonería blanca”, explica un docente universitario conocedor de esos movimientos. “Son los tomistas [escuela seguidora de Santo Tomás] de Barcelona”, agrega otra persona conocedora para definirlo.
Entre Vox y Canals Vidal como referentes
La irrupción de Vox en el mapa político español fue bien acogida editorialmente por Dolça Catalunya. Los líderes del PP recibieron duras diatribas del blog, en especial por su comportamiento supuestamente blando con el contencioso secesionista. Solo Enric Millo, delegado del Gobierno con Mariano Rajoy, se salvó de los cañonazos. “Alguna persona de su núcleo central forma parte de ese partido, pero otros están todavía más a su derecha, comprometidos con el tradicionalismo religioso, con el catolicismo más rancio”, subrayan otras fuentes consultadas para la elaboración de este reportaje. De hecho, el medio no es catalogable como próximo al PP. La definición más exacta es que se esconde tras el PP, partido al que intenta manipular.
Una de las referencias habituales de Dolça Catalunya en sus escritos son las citas a Francisco Canals Vidal, teólogo y filósofo barcelonés fallecido en 2009 que representó a la perfección un modelo de catalanismo hispánico y lideró con sus reflexiones la línea tomista de la iglesia. Canals hizo un artículo a finales de los 70 en el que aconsejaba a los católicos votar en contra de la Constitución española, pues en su opinión abría una puerta a una especie de “totalitarismo laico”.
De hecho, aunque el claim [eslogan] de la publicación es “seny de catalanes bajo el nacionalismo”, lo cierto es que sus artículos combaten el nacionalismo catalán a la par que defienden un nacionalismo español poco alejado en lo sociológico e ideológico del franquismo más recalcitrante. “Son los franquistas barceloneses de buenas familias, los defensores de un régimen que desapareció de España pese a tener defensores como ellos y que cuentan con formación y recursos, además del apoyo de no pocas sotanas”, explica un conocedor de esos movimientos anidados en la zona alta de Barcelona y que sólo se aviene a comentarlo bajo estricta reserva de identidad.
Los estrategas del blog
¿Pero cómo se organiza Dolça Catalunya? Por el secretismo con el que gestionan el blog se hace difícil determinar con exactitud quiénes son los generales y quiénes los soldados en el día a día de la publicación. “Son dos anillos, funcionan como una constelación, pero con planetas y satélites”, relata alguien que ha colaborado pero que prefiere no ser citado. En el anillo central, el pensamiento, la estrategia, la dirección y orientación editorial y temática se unen, según el momento y la disponibilidad, los nombres de Jorge Soley Climent, Javier Barraycoa Martínez, Guillermo Elizalde Monroset, Álex del Rosal Valls-Taberner y Jorge Buxadé Villalba. “Todos ellos son, en una versión adaptada al mundo de la comunicación, una especie de Ku Klux Klan catalán: persecución política al disidente desde el tradicionalismo en más absoluto anonimato”, agregan.
Orbitando a su alrededor otras figuras críticas con el nacionalismo catalán, también vinculados al catolicismo y a movimientos conservadores, pero con perfiles menos herméticos por sus propias profesiones o vinculaciones. Dos de ellos son Jaume Vives y Joan López Alegre, “que colaboran más en contribuciones periodísticas que en la fijación de estrategias”, según las mismas fuentes. No son los únicos, una legión de bienintencionados colaboradores que envía avisos, fotografías, videos o informaciones que los autores de la web reelaboran para su difusión.
Activismo que alumbró Tabarnia
Entre el considerado núcleo duro proliferan una serie de denominadores comunes profesionales, religiosos y políticos que convergen en el perfil ultraconservador de los responsables del medio y de su línea editorial. Intelectualmente activos, todos y cada uno de ellos posee una enorme producción de artículos publicados en diferentes medios, todos con el mismo sesgo político.
En ese contexto guerrillero –con analogías claras al del independentismo activista en redes sociales y diarios digitales– y de sociedad secreta nació Tabarnia, un proyecto que arrancó en las redes sociales y que se articuló a continuación con las contribuciones del dramaturgo Albert Boadella, el periodista Tomas Guasch o el propio Vives. El éxito de poner contra el espejo al secesionismo con sus propios argumentos fue incuestionable, aunque tamaño logro, al igual que Dolça Catalunya, carece de paternidad reconocida por voluntad expresa de sus progenitores.