Esquerra aprieta el acelerador. La voluntad del presidente Quim Torra de no convocar elecciones, pase lo que pase tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre los dirigentes independentistas presos, ha encendido todas las alarmas. Pero los republicanos no reclaman una reacción frente a la sentencia, si no sobre la falta de presupuestos para 2020. Y la fórmula será otra: si el Govern no puede encontrar socios para las cuentas del próximo año, se debería someter a una moción de confianza. Ese es el órdago de ERC.
Lo ha señalado el consejero de Educación, el republicano Josep Bargalló, que sufre la presión de los colectivos del sector educativo. Sin presupuesto, no puede atender las diferentes reivindicaciones de los profesores, que reclaman superar de forma definitiva los recortes iniciados justo antes del proceso independentista. Bargalló ha insistido en negociar con los diferentes grupos de la oposición los presupuestos y ha sentenciado que “ninguna sociedad mantiene un sistema educativo sin presupuesto”.
Dejar caer a Torra
¿Pero qué salida tiene Esquerra para lograrlo, sin que pase nada si, finalmente, no se logra ningún socio? Para Bargalló, el presidente Torra se debería someter a una moción de confianza, en la que los votos de Esquerra serían determinantes para dejar caer o no al propio Torra.
El debate en el bloque independentista estriba en la respuesta tras la sentencia del Supremo, que podría llegar a mediados de octubre. Ni Torra ni el PDeCAT se inclinan por convocar elecciones. Esquerra no se mueve de esa posición. Sin embargo, sí considera el partido de Oriol Junqueras que la reacción debería llegar si no hay presupuestos para 2020. “A mí como Govern me preocupa mucho más no tener presupuesto”, ha señalado en una entrevista en Catalunya Ràdio.
Pendientes de Sánchez
“Así no podemos seguir adelante, y si no se aprueban las cuentas, habría que plantear una cuestión de confianza en el Parlament”, ha remachado Bargalló.
Todo estará relacionado, sin embargo, con lo que ocurra en la política española, con la posible repetición de las elecciones generales. Si Pedro Sánchez no obtiene la investidura a finales de septiembre, las elecciones se convocarían de forma automática para el 10 de noviembre. Con ello, se aplazarían las posibles elecciones catalanas, y Quim Torra seguiría al frente de la Generalitat, y, además, sin presupuestos aprobados. Ese es el peor escenario para Esquerra, que puede temer un nuevo ascenso de las posibilidades de Carles Puigdemont para mantener el liderazgo de todo el movimiento independentista.